lunes, febrero 27, 2006

“Afilando el hacha del PS” Lilian Letelier

De vuelta de vacaciones, y no tan de sopetón, estamos en la discusión sobre la futura elección de las directivas de los respectivos partidos de la Concertación. Aunque es una difícil tarea dada la cercanía me referiré específicamente a la discusión sobre la sucesión o continuidad del mando que se está generando al interior del Partido Socialista, así como las evaluaciones y los criterios que se están instalando entre los militantes para escoger a la Mesa directiva nacional, regional y comunal que acompañara los primeros 2 años del gobierno de la Presidenta y Doctora Michelle Bachelet.
Es cierto que por primera vez desde el advenimiento de la democracia, la militancia comienza a ventilar hacia la opinión pública temas orgánicos y de gobernabilidad que como problemas habían internamente pasado sin importancia durante los últimos 16 años. Se discute por ejemplo las formas de construir liderazgos históricos dentro del partido, sea en su versión de administración de clientelas, de circulación de intereses instrumentales de cara al manejo burocrático del estado, sea de construcción, preservación y generación de su específica cultura política, sea en su acomodo o definición de políticas de alianzas, sea en el modo, manejo, y sucesión de la cuota de poder político que le ha tocado administrar como organización y élite durante los 16 años de participación en la coalición de gobierno de partidos de la concertación, sea finalmente en su articulación interna familiar de acuerdo a lo que plantean las diferentes tendencias. Ahora y en esta coyuntura cobran importancia por una parte la reciente historia del PS no ajena al proceso MOP – GATE, a la pitutocracia, al modo nepotista de construir la política en Chile, etc.
En efecto, se percibe desde hace ya un tiempo que lo que está en juego es la ampliación y la forma de construir equipos de trabajo al interior del Partido. Paulatinamente cambia desde un sistema patronal traducido orgánicamente en que cada autoridad o mandatado por sufragio popular a nivel senatorial, de diputación o municipal tiene y mantiene una cierta clientela de militantes a los cuales paga para “operar” para él o ella, a nivel nacional, regional y local, con trabajos, puestos o programas de gobierno que en su mayoría comienza en 1.990 y que han sido mantenidos hasta la fecha en función de la llamada nomenclatura o el sistema de sillas musicales. Estos generalmente no son evaluados en su eficiencia en el sentido profesional, en su sentido de lealtad partidaria o incluso en términos su lealtad al gobierno, sino en función de mantener al cacique, cuidarle el trono, asegurarle las espaldas, asegurarle la red y circulación hacia el gobierno y el aumento o manutención de su poder político.
En general estas definiciones con diferentes matices a nivel de las ideas las experimentan en la actualidad todos los partidos de la coalición. Por lo mismo Bachelet ya en su campaña hizo el compromiso de transformación y precisamente el PS como su partido de pertenencia debe ser el impulsor de este trabajo. En concreto, la fuerza de estos hechos lo confirman las tres senadurías ganadas en las últimas elecciones que en promedio de edad son todos de la generación ochenta: Camilo Escalona, Alejandro Navarro y Juan Pablo Letelier (del socialismo histórico). Y la edad, candidatura y posterior elección de la propia presidenta así como lo ocurrido a nivel de las diputaciones de la cual mencionamos dos botones de muestra: la elección de Marcos Enriquez- Ominami y Denisse Pascal.
Por lo mismo entonces, el cambio podría transparentarse al interior del Partido Socialista porque están configuradas las redes de sucesión de las tendencias o de los linajes internos en términos de las familias, y porque ciertamente algunas de ellas han perdido peso y “filo”. En este mismo sentido, y para despejar las intenciones en relación con lo que fuera la instalación de la actual mesa en Enero del 2.005 se hace necesario aclarar que ese cambio, se justificó en la medida que la directiva reemplazada encabezada por G. Martner, previendo la futura candidatura presidencial, no fue lo suficientemente flexible para ampliar participación a tiempo y asumir precisamente la emergencia y el recambio de liderazgos que ya al interior del partido presionaban por una redefinición. G. Martner proveniente del MIR ejerció como presidente hasta su salida y cambio en el 2.005 con el apoyo de Camilo Escalona socialista histórico (Almeida), ambos de la Nueva Izquierda, tendencia que como vemos en la actualidad muestra por lo menos estos dos liderazgos diferentes en apoyos y pesos políticos.
Por otra parte, la Mega tendencia a la cual confluían sectores provenientes del Mapu como Jaime Gazmuri, o del Mir como Carlos Ominami y PS históricos como Ricardo Núñez e Isabel Allende en la actualidad están cada cual redefiniendo posiciones, apoyos y tendencias al interior. De hecho los tres últimos Allende, Ominami y Núñez forman parte de la actual Mesa Directiva de la cual “salieran” J. Gazmuri junto con Gonzalo Martner. Y los 5 ahora son candidatos a conformar la nueva directiva.
Y finalmente, obviamente esta el crecimiento del Tercerismo, que de no tener ningún senador en la bancada pasó a tener 2 de frentón: Juan Pablo Letelier (conforma la actual directiva) y Alejandro Navarro con lo cual se equipara en peso político a la Nueva Izquierda con Jaime Naranjo y Camilo Escalona por una parte, y Ricardo Núñez, Carlos Ominami y Jaime Gazmuri los cuales aparecen como diluidos entre ellos en la Mega tendencia pero mantienen peso político y trabajan en la búsqueda transversal de alianzas con las tendencias minoritarias.
Por cierto, algunos se preguntarán a estas alturas ¿y que tiene que ver todo esto con las elecciones a la dirección del Partido Socialista? La respuesta es simple. Solamente para empezar a desgranar el choclo o como se dice internamente “afilar nuestra propia hacha”, estos son los nombres que definirán los nombres de la sucesión por una parte y si es que hay o no un recambio en la conducción por otra. (Continuará)

jueves, febrero 23, 2006

Mañana en el Gondem


[1]

Mente que va hacia la pasión de turno
Se confunde
Va a la política contingente
Se enrolla
Va a los celos
Se da un festín
Va a los detalles
Se enreda
Va a los recuerdos recientes
Va a los recuerdos pasados
Salta, brinca, juega
Se desnuda
Se enrabia
Porque no es considerada
Se encabrita, se agiganta
Se empequeñece
Se re encuentra en lo sagrado
Y se empodera de lo mágico
Como si fueran juntos
La magnetizan
De cercanías
De generosidad
De anhelo y devoción
Blanda se humedece
Al centro del corazón

Mi mente
Vuelve a un padrón habitual
Mezquino
De apego a los objetos materiales
a las comidas
al durazno de postre
al espacio donde esta el durazno
a la ensalada
a proteger mi medio metro cuadrado
de cama
De jugo
De agua
De leche
De realización
Como en un sueño veo pasar el agregado de apegos
Y no hay nada que hacer
Mi mente
Se enreda
Con otras mentes se molesta
Da vueltas ante el despliegue de la dualidad
La talidad
De los egos de los otros
Y otras…

Mi mente
Cuenta y da cuenta
Del habla
De esa importuna importancia personal
Que danza
Mi mente
En esa explicación en torno al punto
Sin ir al punto
En el espejo


[1] Gondem: cojín de meditación

Investigación sin Propósito

Estoy en el camino
Con los pensamientos
El viento suena a mis espaldas
Silencia a los recuerdos
Las lomas sostienen mi mirada
Es de mañana
El canto del gallo lo confirma
Las copas de los álamos bailan con los eucaliptos
Mi corazón palpita Cuncumen
Y el cordero, los patos, los pollos y las gallinas hacen su vida.


Una loica dibuja en el aire
Aromas de misterio
Cauta me acompaña
Y se detiene en la rama del espino
Lanza un suspiro de espera a mis ojos
Para ver cruzar en el horizonte a una golondrina
Que con su vuelo adivina otoño, invierno, primavera
Paso a paso
Sin retorno
Sin vuelta.