martes, septiembre 30, 2008

Microfísica del Momento del Momento actual: Valga la Redundancia


El tema de la autonomización de la esfera de los procesos económicos tiene a la élite nacional en estado de hiperventilación. Independientemente de que la globalización implique la aceptación de los problemas y de las crisis como situaciones que afectan a la red de producción planetaria, y que se acepte la categoria de la complejidad para analizarlo, lo cierto es que de un día para otro palabras como crisis subprime, commodities, accountability, gobernancia o gobernabilidad, se transforman en la principal motivación de la conversación de las altas esferas, en los referentes paradigmáticos para definir los asuntos públicos en un intento desesperado por bajar y buscar una forma de acercamiento comunicacional hacia una ciudadanía cada vez más absorta, ensimismada, absorta en el mercado de la “modernet”, del estado de cuentas bancarias, en sus deudas, de cara a la imposibilidad de ingresar al paraíso del consumo tecnológico y científico conforme la instalación hiperrealista.
Sin secuencia, sin antecedentes, sin contextos en relación a la fase del capitalismo actual, en relación a los elementos trasnacionales, sin internalizar algunos conceptos que permitan comprender los estilos de vida emergentes asociados a patrones estilizados de consumo que propician las diferencias de comprensión cognitivas, las empatías y las antípatias, o los elementos éticos y de justicia argumental que permitan contraponer puntos de vistas y concordar mínimos de bienestar o de operatividad ligados a la racionalidad instrumental, la ciudadanía y la subjetividad, se ve impelida a formularse preguntas “en un continuum de sin sentido” sobre asuntos “raros”, “lejanos”, “abstractos”. Y la banda ancha, larga y corta, gira o trasmite sin cesar. En ella “el tiempo no para” como dice la rockera canción de Cazuza.
En realidad esta hiperventilación tiene que ver con la hiper modernidad, el hiper consumismo, la hiper concentración de la riqueza, los hiper acontecimientos de un estado hiperrealista donde la respiración no alcanza a tomar nota de sí misma cuando se cabalga hacia otro episodio, y luego hacia otro episodio, determinante para la vida de quienes al parecer perdemos memoria, secuencia, ilación. En este contexto, hacer o plantear alguna pregunta que radicalice un corte, un quiebre, una inflexión ni siquiera genera sentido. Es decir, es mejor contemplar el “sin sentido”.
Hoy amaneció nublado en Talca, y el distrito 38, es decir, Maule – Talca Rural amaneció con una nueva diputada y al parecer futura senadora, Lili Pérez. El país amaneció con esta sorpresa. Entretenido, dinámica, suelta, extraña, la nominación y el horizonte político que se abre con esta elección partidaria. Mientras, las moiras siguen desplegando un sentido oculto en ese tejido de actores y actrices sociales en la política.
Hermosa las nubes, cargadas de agua algunas pasando hacia el sur, moviéndose hacia la cordillera, jugando con la impermanencia, los anclajes de la memoria y de los aprendizajes. Esto es como decir, que la sonrisa se dibujó en los rostros delante de la afirmación de la actual diputada al anunciar antes las cámaras que estábamos ante “la futura senadora por la región del Maule Norte”. Un sano cosquilleo remeció la sensibilidad al observar a esa mujer colocarse en ese escenario de desplante. Abran quincha…abran quincha, abran cancha sonó lejos la tonada mientras busca el eco del sentido/sin sentido.

domingo, septiembre 07, 2008

Laurie Anderson en Chile: Un regalito desapercibido


Cuando no existen conversaciones comunitarias atractivas y potentes tal vez uno de los refugios sea el desarrollo de la cultura política a través del arte de la poética. Es el caso del aporte de la instalación artística de Laurie Anderson en su reciente venida al país. Variados son los detalles de la puesta en escena de “homeland” y precisamente en aquellos, tanto de los que quedan para el recuerdo de la memoria humana, como para los que definitivamente se escapan, valga la apología, en el sentido que en la suma constituyen el aporte magistral y único.
En efecto, en términos de universalización se ofrece una propuesta de lectura y una postura política en contra la globalización, la guerra, el armamentismo, marcadamente anti imperialista norteamericana, por cierto de género y la reproducción de la american way of life del mundo actual de los “estilos de vida”. Sin embargo, decir esto no tiene mucho sentido y significación si no nos adentramos en el modo como la autora se dice contar su visión. Y es en este carácter donde reside el aporte insospechado de subversión crítica cultura, y de entre los cuales se destaca, el auto descentramiento planificado del sujeto femenino del discurso en el escenario, hacia una voz masculina como en una suerte de impostación androcéntrica que remataría el empoderamiento. En concreto actúa una mujer ciudadana artista que pasando en distintos momentos por diferentes registros vocales que incluyen los típicamente caracterizados como femeninos, en algunos momentos descentra su voz discursiva hacia lo caracterizado como registro masculino, y lo hace, con la intencionalidad de instalar un peso y una posición, una marca diferencial a la propuesta poética. He aquí una posición claramente de género, que busca subvertir el orden desde el mismo orden. Por eso la risa.
Por otra parte, a lo anterior se suma el trabajo sistemático sobre el texto poético en términos de presentación de la ironía, el sarcasmo, la muestra de lo ridículo por sobre la obviedad plana del pensamiento único, del subjetivismo o del vasallismo como postura o visión de mundo. Ello permite que emerja un sentido del humor “diferente” en el público, sobre la base de una identificación con una cultura intelectual introducida, sostenida, discurrida en el concierto, manejadora de referencias bibliográficas filosóficas, periodísticas, que por lo mismo tienen una profundidad de elaboración por sobre el sentido común de la opinión pública, lo que implica entonces una propuesta que se mueve desde y hacia saberes sutiles, no facilistas, ni de oreja. Se trata de un saber ciudadano que tiene una visión de la política planetaria mundial la que puede objetivarse, intersubjetivarse ergo criticarse en espacios no consolidados del mercado del consumo artístico.
La identificación con el público en el humor a partir de compartir una crítica acida, profunda, y de referencias, implica un trabajo sostenido de búsqueda, no de lugares comunes estrictamente “populares” ni de consumo masivo, ni de empatías facilistas del consumo, no se trata de un “homeland del kitsh farandulero egocéntrico del siglo XXI global de los mandarines nepotistas”, sino de lograr capturar una suerte de imaginario colectivo planetario y ofrecerlo como imágenes de la realidad que se vive, para que los demás, el público, pueda realizar su propio cierre. En este contexto se insertan, y valen las referencias de lo estrictamente poético, al derrumbe de las torres gemelas, la guerra en Afganistán, la guerra e invasión a Irak que permiten construir/compartir/desacordar una visión sobre el modo como el gobierno de Estados Unidos gerencia la política global de intervencionismo.
Ahora, en los detalles de la arte poética referida a la vida cotidiana de la ciudadanía, merece atención la crítica irónica hacia los problemas de comunicación y de aquello que han sido uno de los pilares de la democracia y la vida humana: la conversación. La instalación de este tema con su actual pareja, muestra en la reiteración una lectura crítica antropológica a la convivencia de las familias, pero desde un soporte dialogal casi habermasiano. En este contexto, la propuesta de arte poética trabaja sobre la traducción simultánea al castellano de los textos o discursos en inglés con lo cual “desmonopoliza” el habla única de la globalización. Nuevamente desmonta, deconstruye.
Otro aporte es el arte poética referida al gobierno de los expertos y especialistas y el modo como se han transferido decisiones ciudadanas en todos los sentidos hacia la tecnocracia que constituye en la actualidad una casta aristocratizada asociada a los gobiernos. En la esfera de la economía claramente se trata de una autonomización de prácticas sin límites morales y con consecuencias para la democracia como son su oligarquización y plutocracia. Por cierto, se trata de otro “problema residual” que encara la autora con ironía si efectivamente queremos recuperar participación, derechos sociales, políticos, y por sobre todo “cultura política” desde el arte.
El goce sensorial y estético adviene precisamente al participar de un evento que de manera completa, rigurosa permite a quién lo contempla, un avance en la comprensión de su propia vida desde otros parámetros.