domingo, agosto 19, 2007

Alguien ya no me mira, ahora me conversa…

Políticamente hablando, al entrar en el último semestre del año junto con la discusión del presupuesto de la hacienda pública de la nación, y por cierto de lo que será el de la región del Maule para el 2.008, claramente las materias de posicionamiento en la opinión pública serán: la evaluación de lo que ha sido el desempeño del actual Intendente, el cual al parecer en este ámbito no lo ha hecho del todo bien ya que solamente ha gastado un 38% del presupuesto asignado para el 2.007, y por lo tanto se comienza a dudar a nivel de gobierno nacional de si necesitará del fondo destinado a las regiones producto de la negociación y votación del presupuesto del Transantiago. En este contexto, se evalúa por tanto, la capacidad a un año y medio de liderar la representación del ejecutivo, de ser capaz de construir equipos de profesionales y técnicos que hayan aunado sus esfuerzos y competencias en pos del desarrollo de proyectos comunales, la capacidad de transparentar la entrega de recursos económicos para obras de emprendimiento, ( véase escuela de Colín) y por cierto finalmente, la capacidad de conducir, estratégicamente para la Concertación, lo que llegue a ser el resultado de las próximas elecciones.
En este horizonte, aparece entonces la justificación de la evaluación general que se adviene. Los partidos políticos, comienzan a ajustar los motores para definir la nominación de las pre-candidaturas a alcaldes y concejales. Y por cierto, más allá o más acá de las proyecciones que esta elección pueda sugerir en términos de resultados, se entiende que, los diputados y los senadores también comienzan a articular sus apuestas en términos de la selección de sus delfines comunales, conforme sea la intencionalidad de mantener sus actuales cupos en el parlamento o transformarlos según sea el caso. Suponiendo por tanto este ejercicio, bastante ajeno a los electores, es dable suponer no solamente la largada en carrera de todos los pingos, ahora también potrancas a la cancha, para que la ciudadanía comience a observar “lo que hay”, así como también, se den los cambios y ajustes en los respectivos gobiernos regionales, y por cierto a nivel nacional. Todo ello, en un telón de fondo temporal de abril - mayo 2.008.
Pero vamos más al grano en esta materia. De acuerdo a lo que se conversa y se delibera en los pasillos, se desprende que el principio del “que tiene mantiene” (uso posidetis) usado hasta la actualidad desde el año 90, por las dos coaliciones políticas para seleccionar a sus postulantes a elección popular, esta vez, sea en el caso de pérdida o en el caso de manutención, no asegura necesariamente al mismo partido, el lugar de su candidato. Esto es, en el caso de Santiago por ejemplo, en que el candidato no va a la re – elección, ambos partidos UDI y RN tienen la misma “chance” de escoger al nominado para postular a alcalde. En el caso de Constitución por ejemplo, que la DC perdió su cupo con Roberto Urrutia, esta misma tienda, la DC, no tiene asegurada y compite con todas las otras PS, PRSD y PPD la posibilidad de levantar candidato a alcalde.
Por otra parte, al analizar ciertas experiencias locales minoritarias donde existen problemas de liderazgo al interior de una coalición, a esta situación, puede sumársele niveles de conflictividad dentro de las propias coaliciones para llegar acuerdos. Algunos concejales se auto perciben con mayores posibilidades al examen de los resultados de sus respectivas votaciones.
Sin embargo, en la región del Maule Norte, hay comunas donde la nominación de los candidatos tanto a concejales como a alcaldes ya está acordado y esto puede significar por cierto despejar el cálculo matemático de la “cuota” asignada a cada partido político en respeto a los equilibrios. Es el caso de la capital de la provincia donde el candidato es Patricio Herrera (PS) por la Concertación y donde la Alianza por Chile debe definir quién será su competidor dado que el que lo fuera, es en la actualidad diputado en cupo RN. Otro caso es el candidato en San Clemente que es el actual alcalde (DC). Y por cierto, el que ya exista candidato a alcalde para la Concertación o la Alianza en algunas comunas, al parecer despeja ciertas intenciones y estrategias tanto de los senadores como de los diputados de los distritos y de la región, en relación a sus posibilidades y sus propios intereses electorales.
En este sentido, es conveniente observar que es lo que existe políticamente hablando en: Pelarco (IND – Pro P. Lorenzini), Río Claro (PS), Maule (PDC), Empedrado (UDI), Pencahue (PDC), Curepto (RN), San Rafael (PDC) que conforman el distrito 38 donde existe un diputado DC Pablo Lorenzini que aspira a la re elección con una disputa senatorial truncada, y un diputado RN Pedro Pablo Álvarez-Salamanca que debería estar de “out let” por una parte; y en la provincia de Curico (UDI), Teno (IND-PRSD,) Molina (IND –PPD), Romeral (PDC), Sagrada Familia (PS), Hualañe (PDC), Licanten (PS), Vichuquen (RN) y Rauco(RN) que conforman el plato de interés de los senadores los cuales son Juan Antonio Coloma (UDI) que por cierto va a la re elección, y Jaime Gazmuri (PS) que también debería estar de “out let” pero sin sucesor a la vista. Todo ello para comenzar a comprender como se desgranara el choclo de las nominaciones.
Al parecer, y solo para comenzar a conversar, podría pensarse que la tendencia es primero a no romper el cálculo de cuotas actualmente existente y ya distribuido, aunque el ánimo de algunos partidos como el PRSD en la Concertación sea ampliar su participación, y el PS compensar su no participación equitativa en el gobierno de M. Bachelet sacrificada en favor de la DC principalmente, y el PRSD en la región. Y por cierto cotejar este criterio con las necesidades de los diputados o senadores que van a la re elección por ambas coaliciones.

martes, agosto 07, 2007

El liderazgo de Bachelet comparado con sus Pares


Evaluar el liderazgo ejercido por la Presidenta Michelle Bachelet en lo que va de su gobierno sin introducir la variable de género requiere por cierto precisar por lo menos los modelos de comparación en relación con otros desempeños del mismo tenor, es decir, se trata de indicar los ejemplos pares con los cuales puede realizarse la comparación por una parte, y por otra, revisar los contenidos de sus compromisos, ofertas y propuestas realizadas en campaña después.
En relación con la primera opción, es decir, siguiendo una comparación con sus pares, lo primero que salta a la observación es la necesidad de hacerlo con liderazgos ejercidos dentro de la misma conglomeración política que ha estado en el gobierno desde 1.990 a la fecha y que también por cierto es la base de su actual apoyo, es decir, sus referentes son ni más ni menos que: Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz Tagle y Ricardo Lagos Escobar. Y hacerlo, en el marco de la recuperación y estabilización de la democracia.
En efecto, al comparársela con los tres en el contexto democrático, el único que compite con ella en la actualidad después de 17 años, en términos de carisma, cercanía ciudadana, empatía es Patricio Aylwin. Mientras uno se simboliza como el buen padre ante el imaginario colectivo, la otra se construye en la medida de lo posible, como la buena madre. Uno y Una profundizan en construir vínculos hacia la ciudadanía basados en el respeto por oposición al autoritarismo, en la capacidad de acoger, incluir en vez de rechazar y marginar, en la calidez en el trato hacia las personas, en la capacidad de escuchar, en el saber ser generoso/a y justo/a, en buscar sintonía, y por cierto en saber tomar decisiones a tiempo y mesuradas.
En verdad, si se observa desde estos criterios el ejercicio de liderazgo de Bachelet suma una alta nota, salvo en algunos en los cuales es de largo aliento inscribir comportamientos diferentes a los que históricamente como chilenos y chilenas hemos socializado.
En efecto, en un clima donde la adquisición y circulación de la pompa de ser presidente o presidenta de Chile, el recorrido para llegar hacerlo ha dejado de ser simbólicamente importante para la ciudadanía, donde esta condición perdió interés de participación, interés de proyecto de vida y de realización; entonces, el ejercicio de liderazgo de Bachelet se ha topado con detalles que vienen del modelo patriarcal presidencialista de gobierno por una parte, y, con un sesgo de imprecisión propias a la emergencia de lo nuevo por otra. Todo esto, sin entrar a evaluar el efecto que genera el clima de desencanto en la población acerca de lo que es fue y sea un gobierno democrático que por cierto es harina de otro costal.
En este contexto, lo que pudiera decirse es que el ejercicio de liderazgo maternal ha perdido la impronta de ser un liderazgo también paritario. De hecho en la Moneda, en el equipo de ministros los dominios y competencias, los posicionamientos claves están en manos de hombres los cuales su única condición es mayoritariamente presentar formas de ejercicio del poder masculinas, clasistas y androcéntricas. Pueden aparecer como suaves y dóciles, pero en el fondo son autoritarios, despóticos y defensores de una cultura de élite, de clase, nepotista.
Es más, lo que efectivamente le ha jugado en contra a Bachelet es precisamente ordenar esos egos desde la generosidad y la toma de decisiones. Y en esa arena se le ha ido su mayor caudal de energía de liderazgo. Es decir no ha podido traspasarles su disciplina, traspasarle su solidez en términos de respeto a la ciudadanía, traspasarle la vocación de servicio público manifestada en su capacidad de acoger y abrir democracia. En verdad podría decirse que, por sobre estás condiciones, Bachelet ha tenido que sobrepasarse en severidad, sobre pasarse en ambivalencia, sobrepasarse en sobreactuación de un liderazgo austero y adusto, sobre pasarse en simpatía hacia la rigidez.
En términos reales, en lo que va de su gobierno como nunca desde la recuperación democrática, Bachelet ha acogido el sentir de los estudiantes, los trabajadores, de diferentes áreas del país en términos de sus demandas. Sin embargo, sus ministros no lo han hecho del mismo modo confiados precisamente en el esquema de liderazgo Frei – Lagos: controlado, autoritario, mandón, machista, de centro derecha como muy bien lo calificara Altamirano en una entrevista de un diario dominical.
Así las cosas por cierto, la pregunta que no se soporta a si misma es preguntarse por ejemplo ¿Cómo habría reaccionado Lagos o Frei con los estudiantes, con los trabajadores de Codelco y de la Celulosa Arauco? Y la respuesta más obvia es que los habrían reprimido, que no los habrían escuchado, y que no habrían legitimado sus demandas en términos económicos. Entonces, en este punto las preguntas que se caen del guindo son ¿Qué cultura está evaluando el liderazgo de Bachelet? Y por cierto ¿en que cultura política están quienes están gobernando con ella?