lunes, noviembre 27, 2006

Hay que Parar la Farra

Hace algunas semanas la situación generada desde la élite política en Chile hacia los mandos medios, en jerga nuestra llamada “pitutocracia, lobby y operadores políticos” respira mal. Y el problema es que en la medida que pasan los días comienza a quedar la sensación y el registro en la memoria ciudadana que nuevamente la palabras tienen más peso que los hechos, que ni el poder legislativo, ni el aparato de gobierno alcanzan a colocarse a tono con las circunstancias sea para proponer alternativas a los evidentes síntomas de corrupción, sea a los evidentes síntomas de nepotismo asociado a la oligarquía democrática cuando no asociada además a la plutocracia.
La escena es una simulación reiterada de cuadros que se repiten hasta el agotamiento, hasta el hastío. La televisión y los medios de comunicación en general agotan en el intento por mostrar lo que a la luz del sol y de la luna es evidente. A estas alturas podrían más bien parar el manoseo que da cuenta de un modo poco feliz de aquello que “sobra”. Si no lo van a arreglar, si ya sabemos que lo van a negociar de nuevo, al menos no muestren como lo están negociando porque asquea.
En verdad los griegos atenienses y sobre todo Aristóteles y Platón no siendo afines a la democracia hablaron ya de la respectivas desviaciones así se tratase de la aristocracia, de la democracia, en efecto, las llamaron demagogia, corrupción y oligarquía de frentón cuando el gobierno no estaba al servicio del bienestar de la mayoría sino de la minoría o de unos pocos. Y en esta República vemos como aparecen y re aparecen en estos 15 años de gobierno concertacionista formas y modos perversos a los cuales no se les pone atajo, ni control. Y por cierto la derecha tampoco tiene los modos ni la moral histórica para hacerlo.
No se esta hablando de una corrupción generalizada es cierto. Se está hablando de familias, de linajes de las mismas que se escudan al interior de los partidos políticos para insertar sus redes de circulación de capitales económicos principalmente, sociales, culturales, simbólicos y gobernar en su propio beneficio o enriquecimiento primero, de la tendencia de su partido después, del partido en general posteriormente, del conglomerado sea alianza o concertación después y finalmente en beneficio del país: Chile.
La ciudadanía entiende que esta situación no es generalizada. Es decir, que no todos los políticos electos, mandatados por el sufragio popular o elegidos por el ejecutivo responden a esta condición. Sin embargo, lo que si queda en evidencia es que es una red de circulación que no tiene sanción desde dentro de los partidos, desde dentro del gobierno y que la red no se corta de una buena vez con la salida definitiva de quienes tienen que hacerlo. Por eso, “Parar la farra” significa exactamente dejar de cometer exabruptos y sancionar a quienes han entendido que ese es el modo de gobernar.
Una buena pregunta por lo tanto para la élite política mandarina sería entonces que precisamente piensen ¿como van a parar la farra? Porque la farra no es darse golpeteos de espaldas y decirse “seamos amigos de nuevo”, “no presentemos proyectos que nos compliquen”, “no alcemos la voz con las diferencias”, “tratemos de sacar los proyectos adelantes”, “ unámonos tras la Presidenta”, o “estamos con usted”. La respuesta a la pregunta es ¿ como estamos gobernando la farra con la Presidenta?, y ¿quiénes se están farreándose el gobierno? Se trata además de una pregunta que para los Socialista tiene memoria.
En efecto, no se trata de una condonación de deudas. Es decir, no se trata de que tal o cual partido o que tal o cual diputado o senador quede empatado con otro en farra, en resaca. Se trata precisamente de “ver la profundidad de la resaca” porque ya está bueno. ¡Ya está bueno ya!. Otro gobierno con esta misma impronta no es elegible, no lo son sus líderes, no lo son sus candidatos. Y no se trata de hacer una limpieza nacista, se trata simplemente de aprender a hacer lo que hay que hacer y cortar por lo sano.

domingo, noviembre 19, 2006

El futuro funcional de los operadores políticos y los lobbistas

Alternativa en el poder, "nuevas transversalidades" para discutir lo que entendemos por vida (política, biológica, sicológica, consciente, saludable y autónoma), "desafíos políticos con más modernización del Estado" incluido golpeteos en el pecho a modos de "mea culpa" y todo esto a partir de la "notable" conversación sobre el lugar de los “operadores políticos” y de los lobbistas en las redes de la pitutocracia chilensis y del tráfico de influencias.
Y no se entiende porque se asustan tanto, en Brasil con 150 millones de habitantes, nosotros somos 15 no más, por lo tanto allá si que no se conocen los linajes y padrinazgos del Norte con los del Sur por ejemplo, sobretodo los emergentes populares en democracia, cuando se presenta un currículo para ocupar un puesto de trabajo en el "honorable servicio público", la pregunta de rigor del evaluador es: "¿quién te indica? " entonces, el nombre del "influyente capital social" (político) aparece mágico de la boca del principiante operador que por cierto tiene asegurado el primer lugar en la terna, y el cargo o vacante a llenar.
En opinión: por cierto que conmueve la declaración del representante TIC, hilo delgado de esta oligarquía democrática, (Sr. Farias) al señalar ante un canal por vía telefónica, y refiriéndose a él mismo, y al jefe de gabinete renunciado del Ministerio Secretaria General de Gobierno:"nos cortaron la carrera". Triste y compasiva, porque efectivamente esa honradez, esa transparencia, ese reconocimiento público reitera la profundidad del sin sentido del quehacer político en Chile y en general en el mundo. Cabe preguntarse como una obviedad ¿A que carrera se refiere o refería?, ¿con cuales sentidos y significados?, ¿cuales son, eran y serán las aspiraciones de este estrato, casta o estamento social enquistado en la burocracia oligárquica del Estado?
¿Puede ser de otro modo inventada la política?
En efecto, si los dardos de la derecha van hacia Lagos Weber o Depassier, no se resuelve el problema del sentido. Y en verdad si la derecha quiere aportar, no adelanta sacando resentimiento en contra de algunas personas porque el problema del sistema que está dando una señal de feedback desde Frei Ruiz Tagle hacia delante con los “fenómenos de indemnización”. Y no se resuelve de este modo. Y sobretodo no se resuelve así porque esta suerte de clientelismo y apadrinamiento electoral no es una cultura política instalada y generada por la izquierda, el progresismo o el radicalismo. Ha sido generada históricamente en los países por los caudillos, líderes populares, para asegurar su caudal electoral asociada a un cierto uso del componente de "caridad" dada las raíces cristianas y católicas del mandarinato. Es decir, es una práctica también de captar clientelas de parte de la derecha: se sabe de la historia de la entrega del par de zapatos, la de los lentes, etc.
Entonces, el punto es: ¿como diseñar el recambio de la elite y sus equipos que incluyen a los operadores poniendo limites al mandarinato de tendencias, de regiones, de feudos, de fundos?
El punto es ¿como circunscribir el lobby, el traspaso de funcionarios públicos con información confidencial al sector privado?
Podemos quedarnos solamente en las buenas intenciones, de otro modo, es como si no se hubiera encontrado el camino. Hay que pasar a la cocina y no del restaurante sino sobretodo de las casas más chicas a las más grandes, y de las más grandes a las más chicas. Tiene que hacerse la pega que R. Lagos Escobar prometió pero que no quiso hacer ni cumplir: meterse en el área de los peces flacos o de los hilos delgados.
En cuanto al “flower power” pareciera ser que los blogger y las redes pueden hacer un aporte para regular estos fenómenos de clientelismo. En una cultura como la chilena donde no se ve bien mostrar y transparentar los conflictos, donde quienes los plantean son vistos y vistas como desleales al gobierno y a la concertación, o a la empresa, o a la institución; el PPD tiene el desafío potente de mostrar un camino en estas materias dado precisamente porque se trata de una organización nueva, joven, sin tal vez tanta historia de este vicio.

domingo, noviembre 12, 2006

La Pitutocracia de los operadores políticos

Algunos aprendizajes que se pueden tener en relación con el gobierno burocrático militar y el quiebre institucional del 73 es por sobretodo que la burguesía mandatada vía sufragio, es decir política, y la burguesía económica y militar siempre deberán y de hecho han llegado a acuerdos políticos de gobernabilidad antes y después de una crisis. Dichos acuerdos deben producirse para limitar, acotar la democracia.
En el contexto actual de Chile, esto es, aclarar el rol tutelar, clientelar de un Estado Republicano en términos de inclusión, acceso, del pueblo, entiéndase obrero, sectores sociales que aportan principalmente con su fuerza de trabajo manual y brazal al sistema productivo por una parte, y al sistema político en términos de votos para un gobierno por otra.
Es decir, la burguesía necesita concordar como en democracia se reproducen las formas de ampliación de sus redes "familiares", precisamente cuando al calor del proceso de democratización en curso se han abierto compuertas de participación, todo ello, en orden a la transparencia de la administración del Estado, en el entendido que hay dudas acerca de la solvencia, consistencia, coherencia de la acción social ejecutable por “vía clientelar”, es decir, ejecutada vía familias construidas por lazos de parentesco, o adscripción a familias de partidos políticos, o familias religiosas, o definitivamente familias de apadrinamiento por pago de favores políticos a mandatarios (senadores, diputados), representantes del ejecutivo (ministros y su red de funcionalismo) al interior del gobierno, etc.
En efecto, el Senador Hernán Larraín, actual presidente de la Unión Democrática Independiente (Udi) y fiel representante de la burguesía política aristocratizante y criolla de esta país, señaló a la opinión pública que este acuerdo sería posible en la medida que la actual presidenta Michelle Bachelet retire del aparato de gobierno a todos los “operadores políticos”.
A diferencia de Lagos que como buen burgués, gentil hombre, dejó espacio a los empresarios para que mantuvieran sus empresas, en medio de las cuales la burguesía de su propio linaje prosperó y se instaló en la historia de Chile, la actual mandataria aún no sanciona el punto, o si se prefiere la posición de su propia inserción burguesa justificable por su doble inserción (militar y partidaria - socialista) como proyecto. Y es esto lo que preocupa a la derecha en su burguesía económica, y por cierto política de aquí al 2.010 dado que ya en el 2.007 comienzan las largadas de carrera para las elecciones municipales, base y anclaje a su vez de nichos de votantes y de intenciones de proyección política.
En honor a la verdad, todos o muchos de los programas de gobierno como Chile Deporte, Chile Califica, Programa Puente, Chile Solidario, Fosis, Sence, Programas de desarrollo y emprendimiento rural, Programas de empleo, por mencionar algunos de los más conocidos, vienen funcionando con operadores políticos de la Concertación, de los partidos, y de los propios parlamentarios a nivel regional desde 1.990 en adelante. Esto es como reconocer una vez más la existencia de la famosa nomenclatura a nivel de los cargos superiores del Estado, entiéndase directores de empresa, embajadas, etc., y la función del operador político más acotada a rangos intermedios y menores del aparato del Estado y su respectiva burocracia.
Siendo justos entonces, es la primera vez que a la actual presidenta, y a su equipo de gobierno, le toca hacerse cargo de definir la hacienda para el próximo año, y sobre la misma se encuentra con que hay problemas serios de manejo, gerencia y administración.
Esto es como decir, que el senador Larraín atinó al poner el acento en los “operadores políticos” como tema de conversación y delimitación de lugar en los procesos de democratización, vía acción social de una política pública, preferentemente solidaria de parte de un Estado de Bienestar, pero el punto es que no será la actual mandataria quién resuelve, ni decide sobre lo mismo. Son los partidos, son los mandatados por sufragio popular de la Concertación, es decir sus colegas, los que deben transparentar quienes son sus operadores políticos regionales, porque fueron ellos junto a los ministros los que seleccionaron en cada lugar el aparato de gobierno que representaría al ejecutivo, preservando sus intereses por cierto al iniciarse el mandato de M. Bachelet. La cual por cierto, actúa confiada en relación con la información que recibe, y no anda revisando el currículo de cada ciudadano que se le acerca mientras anda de campaña electoral, es decir, no mira el hilo fino de una red de clientela que lleva 15 años en el gobierno. Mientras, la derecha tal vez no la necesita porque para eso tiene el dinero de fundaciones o de sus empresas que bien puede utilizar y regalar para obtener votos. Esto es como decir que hay empate aunque este no le haga bien a la salud de la democracia.

viernes, noviembre 03, 2006

La Pitutocracia: un Desencanto ¿Moderno, Posmoderno, Hipermoderno?

Las redes que operan para definir y delimitar la selección de los funcionarios publicos no va a resolverse con una ley en Chile. Tampoco los llamados concursos públicos como "señal de transparencia".

Es un desencanto de los procesos de modernización. Si. Institucionalización tardía. Si. ¿Y?

No se llame a engaño. El tráfico de influencias, la circulación de información que desde los partidos políticos y sus respectivos mandatarios se hace hacia el ejecutivo para la designación de cargos no es de solución fácil.
Tampoco la tiene la presión económica sobre el cuerpo legislativo lo que se llama clásicamente como “lobby”. Menos aún se resolverá la afanosa cuestión del uso de información privilegiada en los negocios y el dinero en las campañas políticas; así como la entrada en vigencia de un nuevo trabajo para el cual no se requiere título universitario, aunque saber leer, contar, restar y escribir es clave. Se refiere al oficio de “operador político” que en buen chileno es aquella persona dedicada a hacerle caja (financiera) de manera leal y subordinada al líder local, regional que por cierto tiene un caudal electoral nada despreciable.
Estas son prácticas tan viejas como la política y el hilo negro. Es cierto que se ha remozado como producto del marketing político y la especialización de los medios de comunicación de masas en esta modernidad. Pero no se acabarán del todo porque entre otro orden de cosas el Estado de Chile es un país de 15 millones de habitantes. En regiones y comunas las elites políticas, económicas y profesionales se conocen. La burguesía ha desarrollado instrumento también de auto clasificación. Hay ordenamientos de familias parentales, por asociaciones políticas, militares, religiosas y filosóficas (católicas, masónicas, budistas) y por cierto de linajes sociales que tienen antecedencias y consecuencias, incluso en la distribución de los padrinazgos.
Se ha comentado en la opinión pública las nuevas formas de discriminación, pero al punto que aunque suene rancio son interrogantes: ¿Podríamos afirmar que de aquí a 10 años tendremos de Presidente de la República a un obrero, o a un representante de los pueblos primigenios escogidos cualquiera de ellos por votación o sufragio?, ¿Podrán ser Rectores de Universidades? ¿O Sub-secretario de Chile Deportes, o ¿Contraloras General de la República? ¿O diplomático/a? ¿Director de alguna de las empresas del estado como Codelco? O ¿de las que eran del Estado y se privatizaron en tiempos del General?
Ninguna de estas alternativas son pensables que ocurran en Chile. Y eso tiene algo desencanto de la democracia asociado a la modernización, a los procesos de institucionalización, incluido robo de jarrones. Entonces, ¿a que viene eso de rasgar vestiduras si sabemos que la democracia no alcanza para tanto?
La actual elite va a continuar siendo la misma. Se abrió un poco con los pingüinos, pero se cerró de nuevo. Seguirá la misma elite en el poder, casándose entre sí, estudiando en los mismos colegios “picho caluga” y repartiéndose en la metrópoli: la República. Los que tienen que esperar por un contrato de trabajo en el Servicio Público o en la empresa privada seguirán mandando curricula que serán presentadas en ternas, y cuya definición pasara por el llamado telefónico del Senador, del Diputado, dueño o director de empresa, “poderes fácticos” que al fin de cuentas tutelan al candidato o candidata más parecido a lo que necesitan para mantenerse en el poder y/o ayudarlos a escalar algunos peldaños más. Hay que asegurarse el uso posidetis del que tiene mantiene hasta que pueda existir jubilación que en algunos casos se obtiene luego de dos periodos de re elección popular
Así las cosas no interesa que el balón de fútbol circule, sino, más bien interesa que llegue justo al tiempo de cada elección, de la mano y fotografía incluida de las “candidatas y candidatos” de la región, cuando no, de la nación.
Mientras, la propuesta de subir al menos los requisitos de incorporación a cargos de gobierno es una buena idea. Exigir preparación, manejo de tecnología y habilidades comunicacionales así como responsabilidad ciudadana es una forma de hacerse cargo de la accesibilidad a la educación superior que se ha dado en el Chile de los últimos 15 años. Y allí hay democratización.