miércoles, noviembre 14, 2007

La cohesión y la cumbre Ibero Americana



La cohesión social es un concepto clásico a la Sociología. Su definición y su problematicidad asociado a las sociedades modernas lo observa y define Emile Durkheim sociólogo francés. En términos de redes de circulación de conocimientos e inserción en matrices de producción de sentidos y significados, este concepto se inserta en los modelos y teorías sistémicas de interpretación de las relaciones sociales, general e históricamente resistido por los teóricos “desarrollistas” “dependentistas” de América Latina y tal vez por este motivo, la Cumbre Iberoamericana escenificó la conflictividad y las diferencias de clase o si se prefiere el “estatuto” entre ellas tal como fue observado.

Más aún era de esperar que así fuese, si entre los propios actores se contaba por una parte con la inserción de la estratificación estamental (también en la diplomacia) propia a los gobiernos monárquicos como resabio imperceptible aristocratizante, y por otra, con emergentes culturas democratizadas y/o en proceso de democratización de las formas de participación y expresión de lo popular en la ritualización de lo político. En este contexto, alguien dirá que el modelo sistémico de interpretación de las relaciones sociales “cohesión” le abre las puertas al modelo del “conflicto social” propio de la dialéctica, y por lo tanto en términos teóricos, al uso del concepto y análisis de clases trabajado y elaborado en sociología por Kart Marx y F. Engels. Siendo así, lo que ocurrió en la Cumbre entre el rey y algunos presidentes latinoamericanos, la instalación de la diplomacia chilena, la instalación de producción y circulación de discursividad parece ser una entelequia de lo actualmente existente y porque no decir vigente.

Dichas así las coordinadas y ordenadas en esa perspectiva, lo que ocurrió fue una escenificación de los conflictos no solamente de clases, sino una irrupción de revival de trato propio a relaciones colonialistas entre vasallos y la Monarquía o el Imperio. Pareciera ser que en eso, aún las formas sociales se resisten al cambio, a las transformaciones dadas las peculiares formas de liderar procesos de democratización (Brasil, Bolivia, Argentina, Venezuela y Chile) por dar algunos ejemplos que van construyendo cultura política diferenciada a los modelos clásicos, y por lo mismo hasta en democracia se generan tensiones a modo de proyecciones y transferencias no resueltas del todo o como reserva del mecanismo de defensa principal: represión o recalque de la conquista, del encuentro y/o desencuentro. Los más posmodernos dirán sin embargo que es un efecto de la farándula política que también existe ¡que duda cabe! Pero también es cierto que los grandes intereses económicos españoles presentes a modo de capital globalizado en la región solamente fueron denunciados y no transparentados en sus efectos y sus controles como es el caso de las empresas de electricidad. Y por otra parte, también es cierto que el nombre de la Cumbre daba para pensar al más ingenuo por no decir pajarón de los mortales afines a las áreas de las ciencias sociales, y ya con algunas lecturas en el cuerpo, que iba a darse una suerte de resistencia ideológica activa de parte de los actuales países alineados al concepto de la “revolución”. Y esto vale entonces para quién le puso el nombre asociado a la sociología inglesa o norteamericana, si como parece ser quería verificar cual sería el comportamiento de los connotados políticos de Ibero América, desde los que son nobles de sangre y título, hasta los que se creen aristócratas, se arriman a tratan de parecerlos, hasta los populáricos de siempre. En verdad lo que queda claro es que la socialdemocracia latinoamericana no es la europea, y no es desde el tratamiento que se le da a los obreros y obreras, a los universitarios, a los intelectuales, científicos, etc., en el marco de lo que sea generar cohesión para políticas públicas.
Cerrado de este modo entonces el nombre y el tema de la Cumbre, lo que resulta más interesante en términos de intención futura son: la facilitación de la movilidad de los alumnos de pos grado, el convenio de seguridad social, todos los referidos a la regulación de la tecnología en Ibero América, especialmente la carta Iberoamericana de Gobierno electrónico, y las más sociales ecológicas como la del agua potable y la red de bancos de leche humana. En efecto, el convenio de Seguridad Social si acepta aplicarse debería contener una fecha de inicio de aplicación para que fuera útil a personas vivas que han estado trabajando en otros países. Ideal sería que fuese con efecto retroactivo a los vivos al momento de jubilarse, dado que en la época autoritaria muchos chilenos y chilenas trabajaron en países y esto modificaría en parte sus jubilaciones.
En los asuntos de demanda sobre equidad de Género, de mejorar la calidad del trabajo y otros similares, es interesante constatar como vuelven a emerger a modo de simulacros los clichés de turno para pasar “topísimo” y quedar regio con la fauna adscrita y circulante. Sobretodo solicitar la equidad de género parece ser la muletilla que se repite en todas las reuniones justo al momento de decir adiós nos vemos en la próxima: reglas de buena enseñanza al momento de despedirse o ponerse en la buena con la anfitriona.
Por lo mismo sobre la equidad de Género, y a nivel de exigencias en términos laborales, de contrato y de trabajo…correrá mucha agua bajo el puente antes que el machismo sea simbólicamente desterrado de los espacios laborales. Véase a modo de ejemplo el aparato diplomático chileno y la discriminación positiva. Véase también los espacios de asesoría de gobierno y de la actual presidencia…En efecto, mientras el androcentrismo sea el circulante dominante en los espacios intelectuales y de ejercicio de poder político, la ascendencia de las mujeres en vez de ser elaborado, se transforma en reductos de pugnas que parecen interminables y para las cuales ni la cohesión ni las políticas públicas con regulación tienen poder de influencia.

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