domingo, diciembre 02, 2007

El espectáculo de la otra farándula

Lo que esta sucediendo con los partidos políticos especialmente con los que conforman la Concertación mas allá del desencanto posmoderno era previsible aunque eso no quiere decir que por lo mismo no deje de ser triste y preocupante. Decir “alarmante” como sugiere Cortez Terzi en la Nación Dominical puede sonar demasiado fuerte para los augurios, pero realista.
Es posible también que la emoción de la tristeza sea parte de la experiencia del desencanto en su elaboración analítica, y lo preocupante como ánimo del electorado pueda ser por una parte en términos de paralización y por otra, como factor desvinculante de lo societal.
En este contexto y por tratarse de un referente histórico, la situación que experimenta la Democracia Cristiana emerge como el núcleo más duro de la problematicidad, porque aunque el discurso de Adolfo Záldivar, actor del conflicto puede aparecer en la actualidad como oportunista a secas y sin darle muchas vueltas en relación con la mesa directiva, genera ante la ciudadanía una distorsión en relación con la gobernabilidad a la cual ese mismo partido aspira. Distorsión que dicho sea de paso opera sobre la amnesia de la propia actuación histórica del actor principal. Por lo mismo, una división como la que se destaca en la opinión pública no hace sino que descentrar la base de confianza sea ella frágil o débil como es el caso porque se trata de una ofensa a la propia memoria pero en público. Adolfo Zaldivar se infringe así mismo una herida, como si con el corte quisiera instalar otra "matriz" de comprensión de su conducta política.
Es cierto que más factores influyen como la descomposición del sistema de relaciones de reproducción del campo a la política chilena, pero el otro punto es que por estar apagando el incendio no se generan ideas, acuerdos, política de las significaciones en perspectiva, en el horizonte. Y a cambio, se entrega un escenario de conflictividad que puede tener cierta racionalidad convocante y procedural por el pathos que se destila, pero que sin embargo por no tener sustento, profundidad, intersubjetividad cae al precipicio y no permite recuperar lo que en verdad interesa: construir disciplina pero no con pies de barro, sinceramiento pero no a cuchilladas, erradicación de prácticas de corruptela asociadas a la pitutocracia pero no acusaciones a la bolea.
En este contexto, lo que ocurrió en el PPD tampoco es un detalle aunque es necesario señalar que no se trata aquí de un conflicto con la historia, sino de un conflito al interior del carácter instrumental moderno (ómnibus) que caracteriza a esta institucionalidad. Y lo que sigue desgranándose en relación con la escisión que articula Chile Primero tiene elementos culturales y de asertividad complejos, y por lo mismo interesantes de digerir como formato de toma de decisiones y efectos de paralaje ético - político que al parecer tocan incluso a Renovación Nacional en los ejes de regionalización, descentralización, y transversalización de estos asuntos públicos reiteradamente a la política en general. Es decir, son temas – país que cobran significación para la ciudadanía, pero que a fuerza de torcerle el camino a la democracia, la oligarquía constituida que nos gobierna bajo el sistema binominal los ha postergado para su propia conveniencia.
Así las cosas, la cohesión termina siendo desafecto, presión y conflicto, la posibilidad de generar un nuevo contrato social denuncia “ruidos” por arriba porque las desafiliaciones generan dolor, separaciones costosas y onerosas, pérdidas de articulación en capital social. Sobretodo mirado con perspectiva histórica, las piedras en el zapato terminaron transformándose en callosidad por no haberlas retirado a tiempo. Esto es como decir, que los conflictos cuando no se resuelven generan daños irreparables. Finalmente, no solamente el Partido Democratacristiano o el Partido por la democracia pierden potencia y confiabilidad como tal en términos de oferta de presente y futuro, sino que esto se traspasa a la Concertación y al gobierno. Es decir, si en un momento se decía por la medición de encuestas, que se estaría subsidiando al gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, ahora tal vez se de el efecto contrario. Esto es que el gobierno termine pagando los costos de la descomposición y el desencanto posmoderno de parte de la ciudadanía en la política y los políticos
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4 comentarios:

Kenneth Bunker S. dijo...

Buenisimo el punto.

Me parece que está bien el análisis. Pero tambien creo que lo más interesante aqui es la relación que mencionas al tocar la potencial transversalidad de temas que tienen en común RN con Chile Primero.

A mi por lo menos me hace ruido el tema de los partidos bisagra. Nosé. El sistema que forzosamente, por decirlo de alguna forma, se nos impuso en los años ’80 fue diseñado e implementado para crear estabilidad, es decir dos grandes bloques.

Todo eso a costo de un sistema que garantizara representación y competencia [poco democrático, ¿no?]. En fin, esta estabilidad electoral y por ende política, dependia – y depende- de que cada coalición concentre la mitad del poder – teóricamente excluyendo minorías e indpedientes (ind. Menos que los primeros, dado el impacto regional).

Pero luego de eliminar a los incorruptibles e interminables senadores designados, y además de un emparejamiento de cancha, donde ambas coaliciones logran un similar porcentaje de apoyo – al menos algo más competitivo – ya el antiguo sistema se comienza derrumbar, caducar y mostrarse como obsoleto.

Esto a base de que el objetivo por el cual fue creado el sistema electoral ya no debería importar, simplemente porque pasó de moda [base: no es democrático, todos los partidos deberian suscribir eso, por lo menos para no ser cara dura]; y aparte
1.- ya no existe el temor que habia en los ’80 [del gobierno militar y la comisión Ortuzár] de que en la primera elección la Concertación iba arrasar, por lo que no deben haber barreras de entrada;
2.- el desmarcamiento de la política de sus actores ha respondido a una demanda ciudadana. A la gente ya parece no gustarle los políticos , y menos parecen confiar en su clase. Lavin, Flores, Schaulson, Piñera, Zaldivar, otros y casi cualquiera que se autodenomine díscolo, son los que entendieron este concepto;
3.- y un punto como consecuencia: seguir forzando el sistema electoral de éste modo va causar un colapso en el sistema de partidos, en donde los desmarcados busquen cerrar tratos, abrir filas y ganar poder a costa de la institucionalidad de los grandes partidos y coalicones, los cuales finalmente serán los que necesiten/urgán su apoyo].

Ahora, ¿por qué un partido bisagra es importante en estea discusión y no un factor indeseado?, por lo menos bajo las condiciones actuales.

Aquí es donde se dividen los que les da lo mismo o creen en los partidos bisagra y los que estan en contra. A modo personal me considero en contra y voy a plantear la problemática desde esa base.
Los primeros (indiferentes o pro) creen que es la corriente natural de la política, casi un hippismo-político. Decir por ejemplo que “Zaldívar es un libre pensador y que está bien que defienda a la gente, y si además es perseguido por la concertación, el gobierno es el malvado y no el” quiere decir que su fundamento es que él quiere hacer el bien. Y es un argumento válido, pero uno que no piensa en las consecuencias de los actos. Tal como Zaldívar, hay muchos otros políticos que crean situaciones que al parecer son irrelevantes o parecen por lo menos permanecer en el club de la pelea de los políticos, pero terminan siendo HECHOS políticos que afectan mas allá de lo que nostros pensamos, asi es: esto traciende señores. En fin, el primer grupo se concentra en observar y calificar el hecho en concreto.

Los segundos son reaccionarios a eso. Estos piensan en la consecuencia que tiene ese acto. Por ejemplo, es irracional pensar que la expulsión de Zaldívar del partido quedará en eso. Políticos como él no se van a quedar sentados – y no estoy infiriendo que va correr a CP o a RN, pero algo sí va pasar.

Que pasa con CP? Por ejemplo. Llevar algunos candidatos a las elecciones municipales de 2008 es solo el primer paso. Espere usted sentado a que en las elecciones precidenciales de 2009 pasen a segunda vuelta – y van a pasar (que se lo diga la presidenta)- o no se acuerda usted del pololeo de Lagos con Marín en enero de 2000.

Asi es, y le reitero, me parce que lo preocupante es que la “nueva fuerza de centro” (que no lo haria nada de mal como un slogán – o nombre de un partido), o bien los grupos chicos decidan por los grandes.

Saludos.

Kenneth Bunker S. dijo...

que tal? espero que todo bien. Te escribo pa invitarte a comentar en mi blog, donde escribí sobre la reelección de parlamentarios.

saludos,
kenneth bunker

Chile Primero - Estación Central dijo...

Chile Primero romperá sin duda el duopolio de la política chilena.

Kenneth Bunker S. dijo...

Que fe. Que rompa antes con el sistema binominal entonces. Y ojala que el fondo sea mas que la forma.