domingo, agosto 17, 2008

Aguzando el Olfato Político ...en el PS


La elección de la Comisión Política de Marcelo Shilling como diputado de la República para reemplazar a Juan Bustos, y posteriormente, la elección de Francisco Encina como presidente de la Cámara de Diputados, muestran no solamente el cumplimiento de la ley en un estado de derecho, lo cual es de una obviedad abismante, sino que muestran, el modo como se articulan las mayorías para resolver y decidir presente y futuro al interior de una organización política que está, participa y se auto percibe comprometida con la gobernabilidad vigente. En este contexto, lo que parece emerger ante la opinión pública de cara al cuestionamiento de dicha instalación, es precisamente el peso de esa hegemonía en términos de conducción de la actual mesa y su proyección de cara a las elecciones presidenciales y parlamentarias.
En efecto, en relación con todo aquello que envuelve el futuro político, lo primero que se puede recuperar es que el pacto y compromiso de gobernabilidad asociado al buen término del mandato de M. Bachelet, y que en el presente se ve unido estrechamente a los destinos de la democracia cristiana, y en el futuro, podrían percibirse como extensivos al próximo periodo presidencial y parlamentario, no necesariamente son trascendentes en términos de políticas de alianzas. Mayoritariamente, los socialistas perciben un compromiso coyuntural con la DC, hasta de cogobierno, pero este no se proyecta como relación más allá del fin de este periodo presidencial. Y en efecto, lo que la opinión pública busca desentrañar desde la elección del PS, es precisamente, ese destino.
En concreto lo que sí está en juego en esta ocasión como en las futuras secuencias de decisiones de parte del Partido Socialista, es como la actual hegemonía de la mesa directiva busca proyectarse en el parlamento y en el gobierno. En este sentido, por el momento lo que se entiende es que la dirección de Camilo Escalona busca proyectar liderazgos que le son afines para poder mantenerlos en el próximo periodo electoral, y de gobierno. Esto implica como es obvio, ir dejando fuera del camino a aquellos que deben salir por renovación de liderazgos, porque así lo señalan los estatutos y por tanto para no dar posibilidad de proyección (vitrina) e ir colocando nuevas confianzas según las transformaciones requeridas, y para lo cual se les han dado 2 años de mandato.
Viendo más por debajo del agua, lo que es claro es que una cierta opinión pública cercana y tal vez pagada por una cierta tendencia del Partido Socialista, no ve con buenos ojos las decisiones que la Comisión Política mayoritariamente resuelve porque está siendo manipulada desde el otro sector que precisamente ve y observa como sistemáticamente comienza a ser desbancada por múltiples razones: exceso de tiempo en el cargo, nepotismo, etc.
Ahora bien, lo que sin embargo se deja pendiente aún y no se hace la pregunta por el sentido de la acción y de la decisión en este caso es, ¿qué relación tiene ese proceso con la concertación, con la democracia cristiana y con las próximas presidenciables? porque en verdad la puntada tiene hilo. Y existe una relación entre lo que se decide hoy con la apuesta de la Mesa a futuro. Por el momento, pareciera ser que el Partido Socialista está haciendo su juego y sus apuestas en un sentido tal que: sin desarmar la concertación, suponga su reforzamiento y ampliación, sin comprometerse con el matrimonio DC más allá de lo necesario, no lo rechace ni se separe antes de tiempo, no antes de disfrutar y hacerse cargo de los problemas, sin decirle que NO de frentón a Lagos, tampoco le deja espacios como para que se auto proclame como su candidato, o para que se pasee al interior de dicha orgánica. Se trata de anticipar cambios internos con efectos hacia el exterior que marquen la cultura política que guía la toma de decisiones asumiendo el compromiso hasta el término de Bachelet, pero no más allá de eso. La medida es el término de este gobierno y muy subterráneamente ir colocando marcas, señas, de lo que se viene.
Es como decir, que algo se está gestando al interior del PS con esta mesa. Algo que tiene que ver con la gobernabilidad y el mandato de los senadores que además la componen. El Senador Escalona actual presidente y el Senador Letelier actual vicepresidente, no se juegan nada el próximo año en términos de sus periodos, y esta condición les da una cierta mirada a largo plazo en relación a las perspectivas y los empoderamientos. En este sentido, la posición y nominación que tiene Shilling es por cierto estratégica si se pondera la vigencia de la senaduría de la V región para el socialismo, en un contexto en el que se colocan los intereses de mantener y/o el necesario cambio de liderazgos. Se agrega a lo anterior el hecho que la posición y el cargo de Presidente de la Cámara, es una vitrina para liderazgos a un año de elecciones que no se pueden dar sin mérito, ni mucho menos cuando está en juego la manutención del sillón parlamentario como es el caso de Sergio Aguiló.
Es más la actitud de Allende, Ominami y Gazmuri hacia los medios, demuestran el sentido de olfato para ponerse un parche antes de la herida y anticiparse a una situación en la que sus propios sillones serán puestos en votación y en competencia al interior del comité central el próximo año. No tienen garantizado su futuro político, no tienen propuesta y sus liderazgos regionales decaen, llegan al fin de sus respectivos periodos. Todo ello en un contexto donde Lagos ha buscado presionar para colocar alcaldes, concejales, etc., y no ha tenido eco. Lo cual indica la distancia de este con la militancia y por cierto la pérdida de fuerza y anclaje del tipo de liderazgo que encarnó, por cierto en desuso.
Todo ello es como decir que: Así como se están tejiendo los hechos, simplemente se puede olfatear como viene la mano… y es bueno que la opinión pública vaya más al grano y no se quede por encima.

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