sábado, agosto 09, 2008

Los Procesos de Búsqueda Espiritual Alternativa: ¿Son Puro Consumo?


Recientemente en Chile se ha iniciado una conversación sobre la presencia de desarrollos espirituales e influencias religiosas de otras culturas. En efecto, la discusión se hace teniendo como trasfondo la desvinculación cada vez más profunda que los respectivos censos certifican en torno a la participación de los ciudadanos y ciudadanas en lo que fuera la tradición católica apostólica y romana. En este mismo sentido, mientras las prácticas religiosas o sentido del desarrollo espiritual se descentraron hacia formas alternas, pero dentro del canon cristiano, así se tratase de una misma “palabra de fe” o referente cultural, en general, no fue advertido como problemático.
Ergo se desprende, que lo que se torna en problematización es el proceso de interculturalidad cuando efectivamente se trata de matrices que plantean visiones filosóficas y prácticas como estilos de vida diferentes, percibidas como “otras” en relación con lo tradicional, clásico asís sea en sus variaciones.
En efecto ya entrado los años 80, y producto del movimiento contra cultural generado durante los 60, oriente comienza a instalarse y movilizarse en su circulación y transmisión, un conjunto de propuestas en orden a mejorar la calidad de la vida moderna de occidente. Es cierto también que este conjunto de ofertas también incluye matrices de la cultura indígena principalmente de América Latina. Y es cierto que la intensificación del intercambio producto de la globalización, así como, la instalación del mercado como espacio de ofertas de bienes de consumo, permiten en el siglo XXI decir que existe cada vez una mayor consolidación, una circulación de productos sofisticados relativos a una cultura a estas alturas definida como “alternativa”. Incluye productos medicinales, formas de tratamiento del cuerpo (yoga) formas de trabajo de la mente (ikebana), formas de relajación, reiki, flores de Bach, etc. Piensen en todo aquello que en la actualidad aparece como alternativo de bienestar y solución de salud, al stress, al dolor, al sufrimiento humano, etc.
El asunto que sin embargo llama la atención y por donde se genera una primera discusión es en relación con aquellos cientistas que explican y entienden este fenómeno estrictamente como una diversidad de propuestas de bienestar que se conectan y explican exclusivamente desde la lógica del mercado y de la globalización. Parafraseando a Tulio Ortiz el cual ve en la variable o en el aspecto cultural de la globalización el rasgo más potente que vehicula el consumo, para algunos entonces se trataría precisamente de la expresión de niveles de sofisticación del mismo en grupos incluidos e integrados; o como también recurriendo a Manuel Castells, para otros se trata de respuestas al proceso de construcción de identidad a partir de “familias individuales” como inversión en narcisismo e individualismo.
Más allá o más acá de la ausencia de seguimiento al proceso propiamente tal desde la investigación, de su constatación histórica y evaluación en términos de transformaciones en el comportamiento de los grupos sociales para el caso chileno, asombra observar como connotados intelectuales se apropian de opiniones en medios de comunicación escritos y televisados, haciendo alarde de hipótesis que jamás a la fecha han podido constatar ni muchos menos explorar a nivel cualitativo o cuantitativo con grupos de practicantes o “consumidores” de estas ”ofertas” espirituales de desarrollo individualy grupal. Asombra el modo como realizan clasificaciones de procesos de subjetivación que desconocen por completo. Y que simplemente asocian a “dineros despilfarrados” por sectores medios altos que al parecer disponen de los medios para pagar en un mercado diferenciado por estilos de vida.
La verdad es que descalificar los procesos de identificación y subjetivación que se realizan en y desde la burguesía al contacto intercultural, porque precisamente las ofertas colectivas y por lo tanto políticas están cada vez más desacreditadas, cuando no, inexistentes, no es el modo de contra argumentar en contra de la búsqueda de alternativas de pertenencia, satisfacción y cohesión social. Tampoco desprestigiar al otro cultural emergente porque la otrora institución religiosa de peso, en la actualidad, ha dejado de ser convocante e interpelante. Así no se resuelve. Menos aún cuando no se han revisado dichos procesos desde investigaciones aclaratorias ni conclusivas.
Finalmente, no se puede tapar el dedo con el sol si la ciencia en su versión moderna, no consigue resolver del todo ciertos problemas del mundo actual, y ciertos grupos sociales deciden invertir en otras “alterativas” para explorar caminos de solución a problemas que los acongojan.
No todo es dinero. No todo lo resuelve el mercado. No se puede ser tan determinista porque se corre el riesgo de cerrar “sentidos” y “significados” donadores de orden, es decir, de bienestar. Sobre todo si detectamos que el ego, es decir cada cual, no tiene a estas alturas la panacea ni los conocimientos hermeneuticos.

1 comentario:

http://rolandolazarterapeutacomunitario.blogspot.com/ dijo...

Me encantó, Chilindrina. Mantienes tu tono vital, tu estilo, tocante, suave y profundo, claro y directo, me gsuta. Gracias. Rolando Lazarte elzarat@gmail.com