domingo, diciembre 28, 2008

Pasamos del Horror al Error porque no se trata de cambiar manzanitas por manzanas y decir que suman o restan lo mismo


Los errores en la detección de al parecer 8 casos de “detenidos desaparecidos” entrega a la derecha política el último bastión que le faltaba para terminar de enlodar la gestión de los gobiernos de la Concertación. Sin embargo, un desatinado y revanchista uso del mismo, puede volver la balanza o bumerang hacia precisamente, este baluarte ético moral del progresismo y de la izquierda chilena. La fuente de inagotable sabiduría, experiencia política, gobernabilidad, conocimiento en materias de derechos humanos a los cuales dicho sea de paso, el mismísimo Eduardo Frei Ruiz Tagle mientras fuera presidente de Chile no le diera ni un día de audiencia, bien pudiera convertirse nuevamente en “producto de una guerra de significaciones” y por lo tanto en la piedra de tope que dirima, en justicia, el futuro gubernamental.
Preocupa por cierto de una parte, que la derecha política se valga de este pequeño error con la intención de tergiversar la verdad “universal” de los hechos y establecida en la conciencia colectiva no solamente de los chilenos y chilenas sino de la humanidad democrática del siglo XXI. Se enfatiza la función de construcción de lo universal y lo democrático porque precisamente hace pocos días en un examen oral final, un alumno de un curso de Sociedad y Cultura, a partir de este error, defendió la tesis de que el marido de Gladys Marín estaba vivo en Argentina, que en el gobierno de A. Pinochet no se habían violado los derechos humanos, ni tampoco se habían secuestrado ni torturado a ciudadanos y ciudadanas.
En efecto, buscar mal intencionadamente cambiar la significación general de lo sucedido en materia de derechos humanos, en virtud de la detección de 8 errores de un total de más de 1.000, no elimina la historia y la memoria de los familiares de los detenidos desaparecidos que aún buscan los restos de sus muertos y cuyas fotografías no se terminan de aparecer como animas en pena por el territorio nacional. No elimina la reiterada “violación a su dignidad de seres humanos que aún no pueden dar sepultura a sus muertos”, no elimina en el lenguaje moral de Giannini “la ofensa”. Y, precisamente viene a reflotar la “ausencia del pedido de perdón” de parte de la derecha que colaboró al hecho. Es decir, se vuelve a ser flotar el quiebre del alma nacional como un sello que aún no se cierra, y que contiene significantes imprecisos en lo intangible desde el punto de vista electoral, suponiendo que estamos ad portas de un año eleccionario. Y suponiendo que con la elección de Michelle Bachelet las cuentas quedaban saldadas.
En verdad, no se trata de cambiar manzanitas por manzanas y decir que suman o restan lo mismo a modo de falacia argumentativa. Con todo respeto, porque no es solamente falto a la lógica, sino porque es inmoral, es indigno, es falto a la verdad, y a la justicia porque es antidemocrático. Por cierto además, mandar a los hijos e hijas a la universidad para que se transformen en los defensores de su élite está bien, es necesario en relación con un interés instrumental, y es democrática la tolerancia. Pero sobre aquello, convocar a los hijos e hijas a transformar la verdad en mentira, y a buscar imponerla, puede ser una bomba de tiempo, sobretodo si se piensa que hoy en la educación universitaria están prácticamente el 70 % de jóvenes primera generación.
En otro sentido, muestra que “la ausencia de pedido de perdón” vuelve a tomar figura y fondo en la memoria. Aquel que no ha sido juzgado, que esconde un delito, vuelve como manera residual a emitir el acto fallido de querer construir su versión de felicidad y de vida buena. Y busca instalar su verdad pequeña y avara, como la verdad universal válida para todos y todas. En este sentido repone un eje en materia de conversación nacional que parecía zanjado y por lo tanto aquel que quiera vencer en las elecciones del próximo 2.009 tendrá que referirse en su discurso al “eterno revival” esta vez presentado en el lenguaje, como un “error” en el proceso de construcción muestral. Tendrá que construir un significante para el error del “detenido, desaparecido, aparecido”. Y de un día para otro, pasamos del Horror al Error, sacando la ley de ventaja por no decir del simulacro.
En un sentido nuevamente universal y de sentido país, poner en cuestión la política pública construida por los gobiernos de la concertación a partir del reconocimiento del informe: Rettig Verdad y Reconciliación, puede ser un arma de doble filo para la derecha, y también para la concertación, sobretodo para su vertiente progresista, de izquierda y más a la izquierda. Sabido es que a partir de este informe, se vehicularon una serie de leyes reparatorias hacia los familiares de las víctimas, sea en materia de salud, sea en materia de educación, sea en materia de jubilaciones, a modo restaurar el daño infringido. Dichas leyes reparatorias fueron votadas en el parlamento con el acuerdo de la mayoría de la cámara y el senado en momentos en que imperaba en el país la regla de oro de los consensos. Por lo mismo, volver sobre el asunto para cuestionar la concretización y materialización de dichos logros puede tener efectos “exóticos” para la derecha que puede con este caso estar jugando con fuego. Y podría tener resultados bastante interesantes y articuladores para una concertación que aún no elige al abanderado único que los represente.
En este horizonte, por cierto, y desde el punto de vista de los expertos en el tema, lo que se advierte es la ausencia de un seguimiento desde el punto de vista institucional, académico y de reporte a las políticas públicas vehiculadas, y, en todos los sectores implementadas: salud, educación, etc., así como a los agentes portadores y sostenedores de los bancos de datos. Sabido es que desde el gobierno de Frei en adelante ha existido una enorme dificultad en el parlamento para ver y votar “las políticas públicas sobre la memoria”, incluida las bases arquitectónicas requeridas a nivel país para su construcción y manutención. Este episodio de “errores” bien pudiera servir para concretizar desde las universidades estatales regionales acuerdos con el gobierno en materia de investigación, seguimiento, a dichas políticas públicas y relativas a los bancos de datos, a la manutención y construcción de memoriales, etc.

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