sábado, abril 11, 2009

“Mujeres de /con tacos” o Del Vaginismo Social Tradicional

Una parte de la ciudadanía se ha acostumbrado a la farándula. Y le gusta ese clima “aspiracional y emergente”, que tiene y muestra la elite oligárquica chilena. Por eso no sería extraño que en el futuro nos gobiernen no solamente actores, sino, músicos, deportistas, modelos de pasarela y afines. Mal que mal, las ideas largas y coherentes están en bajada en los medios de comunicación hace ya bastante tiempo, y tienden a subir, o están al alza, las ideas cortas necesarias para los tacos altos, ya que de otra manera las identidades de las cuales estamos hablando, no se sostendrían en pie. Es decir, no tendrían y no alcanzarían el tan deseado equilibrio.
Recuerdo todo esto a propósito del viaje a Miami de uno de los candidatos a las presidenciales durante estos días de interrupción de las actividades por feriado religioso, y de una propaganda donde una mujer, actriz y modelo, les enseña a las mujeres que su identidad está en los pies y por cierto más específico en los tacos. Pienso, (luego existo en el asombro) como hemos llegado al arribo de las falacias en el mundo de la imagocracia televisiva al punto de cambiar los ejes de comprensión y dimensión de la vid al punto de aceptar que la cabeza está en los pies, y el corazón está en los tacos. Aceptar que otra mujer, hermana en cultura nos lo diga de una manera sonriente y sensual promoviendo el consumo, y el resto sin levantar sospechas, partir por ese camino, mientras la sugerente modelo se echa unas cuantas lucas sin conciencia alguna a los bolsillos.
O sea 19 años de democracia, incluida mujer médico en el sillón presidencial, sirven de poco los avances, a la hora de prever la salud ciudadana femenina en términos de enfermedades a la columna y a los huesos, y a la hora de proponerle a la cultura de género, una construcción de sentidos del equilibrio en busca de la identidad diferentes. Al parecer 19 años no es nada, o lo que es peor será nada a la hora de emitir un voto. Volverá a apoderarse de la conciencia de las mujeres, ese sopor insufrible, inenarrable de “otra vez” lo mismo: las “Mujeres de… “, mujeres de familias biparentales monogámicas en el gobierno como modelos de identidad a seguir en los procesos de toma de conciencia que alguna gatillamos.
En verdad, planteo todo aquello como una posibilidad de trabajar sobre el sentido común de las modelos de “primera dama sobre tacos” que inevitablemente tendremos que soportar en el próximo periodo principal. No le hace mal a las chilenas post Bachelet, cuestionar ese “rol subordinado y latero. Cuestionarlo desde el punto de vista de género, es decir, como construcción cultural “agregado” a la posición y rol del primer mandatario.
En efecto, durante todos los otros gobiernos de Chile, tuvimos que aceptar como parte del arribo del presidente al sillón, esa suerte de “mujer de” con: poder de influencias, con poder en el palacio, con control de palacio incluido derecho a voz y flash foto en la tonalidad incuestionable y en el modelaje también incuestionable. Por cierto todo aquello además, a cargo y por cuenta de todos y todas las chilenas. Es decir, nosotras mismas las chilenas trabajadoras, lo pagamos sin preguntarnos si lo deseamos o no.
Esta vez, volvemos a la misma idea. Reproducción. Kitsch dirán algunos. Lo cierto es que no es democrática porque se instala “allí” pero sin votos, se instala con una voz en off privilegiada y el pueblo no le ha otorgado representación popular, es decir, es una representación social “usurpada”, “bastarda en términos de su ilegitimidad”. Entonces es bueno al menos desde ya marcar los límites de no deseo de reproducción de esa farándula, que en algunos casos le puede quitar hasta votos al candidato en campaña. En verdad, no todas las mujeres queremos volver a ese modelito de “mujeres de /con tacos o botones al gobierno”, mujeres acompañantes como el arroz o los gomeros de palacio.
Es tiempo que comencemos también a discutir sobre esa posición privilegiada que da a algunas mujeres lo que en Brasil se llama “vaginismo social”. Desde el lado del sexo opuesto se llama siutiquería, o arribismo en Chile (es decir, intentar movilizarse socialmente en ascenso a través del pene en el caso de los hombres).

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