Escribir para los días venideros es como abrirse a formas de construcción de liderazgo diferentes. Una presidenta que no usa corbata, un presidente que no usa tenida formal antes otros mandatarios, un presidente que canta “perfumes de mujer”. ¿Es parte del exotismo latinoamericano? Bolivia con liderazgo indígena, Brasil con un obrero metalúrgico en la presidencia, Chile con una líder mujer, Venezuela con un Presidente que canta perfumes de mujer para Chile, y en Perú una elección donde aparece una mujer y un indígena con posibilidades también de ocupar la primera magistratura. Experiencias políticas variadas ¿cabe alguna duda? Modernidad con más modernidad mientras se preparan maletas en La Moneda. Bueno tal vez no solamente allí porque es tiempo de vacaciones, de descanso y de planificación para marzo y para el año, mientras, la mujer designa sus ministerios, teje junto a las moiras decisiones y nombra a su primer equipo de gobierno. En efecto la doctora Michelle Bachelet tendrá solamente 1 año para entrenar y colocar en rodaje a este equipo de trabajo porque su mandato se acorta a cuatro años. Hasta ahora con un periodo de seis años, se actuaba pensando en un año de rodaje, se hacían los cambios o los ajustes y después venía otro año más de cambios para finalmente dejar dos y dos años para construir y evaluar respectivamente. Por lo mismo ahora, tendrá que hacer un esfuerzo por una parte para seleccionar de la máquina burocrática existente a los jefes de servicio, seremías, intendencias a nivel regional, y nacional en el caso de ministros y subsecretarias que puedan generar traslado, es decir, cambios de una función a otra dentro del mismo aparato. Por otra parte, de acuerdo a lo que prometió tendrá que ver cuales de estos son realmente los y las mejores como para repetirse el plato haciendo valer la antigüedad y/o el cambio. Y por cierto además tendrá que incorporar o abrir las puertas para aquellos y aquellas que no estando en el espacio público sean también los y las mejores. Todo ello evaluando costos de tiempo de engranaje, beneficios, porque para la selección en ambos casos existe un ¿Quién indica? entiéndase gobierno, partidos políticos y mandatados por el sufragio popular que “sugieren”, comisiones partidarias que resolverán aquello en conversaciones con la presidenta. Finalmente en función de lo anterior, una de las variables que sorpresivamente saltó a la conversación pública como un criterio a considerar son las elecciones de la DC. Y en relación con esto hay que decir que en el caso de los partidos de la concertación, no solamente este Partido, el Democratacristiano, tiene elecciones para renovar su directiva en mayo, también el Partido Socialista debería tener las elecciones que fueron postergadas cuando fueron mandatados por el Consejo General en enero del 2005 para conducir este proceso de acompañar la candidatura y elección de la presidenta. Y el mismo PPD tendría que hacerlo durante el año. Sin embargo aunque este criterio surge como inoportuno y puede ser considerada como una medida de presión hacia la presidenta por parte de una cierta sensibilidad, la actitud y el comportamiento político de los militantes y de los propios partidos en sus actuales directivas ha sido distinta en su mayoría. El Partido Socialista por ejemplo sabe que este año tiene elecciones internas, y debería hacerlas en el mismo mes que la DC, también tiene tendencias distintas igual que la DC, que a veces se cruzan, se transversalizan, se alinean, se distancian entre sí, etc., pero no hay lanzamientos de candidaturas para la competencia. Ni nombres que importunen. Y no es que no existan candidatos. Existen y las tendencias tienen sus favoritos y favoritas. Lo mismo ocurre en el PPD. Lo que se entiende entonces del comportamiento de este bloque político sumada a la directiva de la DC es una consideración responsable y prudente en relación con la forma como deben conducirse los procesos de selección dado el mandato de la presidenta. No es que no existan los legítimos intereses de estructurar y participar con los y las mejores en el gobierno de Michelle Bachelet. De lo que se trata es de planificar este trabajo para conformar gobierno con liderazgos “nuevos” que acompañen, pero que puedan proyectarse y potenciarse como tales más allá de los 4 años de la Doctora. Porque la Concertación debe transformarse desde dentro. Y para ello se requiere de humildad, ausencia de ego para dejar que puedan emerger esas caras y rostros que la presidenta sabe que existen y que por cierto necesita como savia para hacer su trabajo y renovar las fuerzas en decadencia (no todas) de la Concertación. Es una tarea pendiente que dejó Ricardo Lagos. Y necesariamente se tiene que pensar al decidir a nivel comunal, a nivel regional, a nivel distrital, y nacional en personas que puedan realizar este esfuerzo con proyección porque a estos niveles simples y pensando en la descentralización no queda otro camino. |
viernes, enero 20, 2006
Escribir para los días venideros
martes, enero 17, 2006
De los porotos granados a los porotos con mote, con rienda, con arroz, con mazamorra, y demasíes
A estas alturas, cuando comienzan las conversaciones para despostar el animal, y por cierto, comienzan las afiladas de hacha, las pasadas de cuenta para la selección del menú: porotos con chicharrón, porotos con rienda, porotos con mazamorra, porotos con mote, porotos con arroz y zapallo, como alternativas a los porotos granados propuestos por la candidata vencedora, pero porotos al fin y al cabo, es necesario detenerse para recuperar la dimensión, la sensibilidad y el proceso de distanciamiento que se comienza a tejer entre la ciudadanía y aquel que fue electo o electa sea como Diputado, Senador, o Presidenta de la República como es el caso. En efecto, así como para algunos comienza la ascensión: imagocrática, simbólica, mediática, el ritual, el protocolo, para otros y otras viene el descenso, la vuelta a la cotidianidad de la casa, del barrio, de la vecindad después de la fiesta en la plaza, después del proceso de identificación, después del chorreo de exposición de mensajes. De vuelta a la realidad lenta y más sencilla. Es como la vuelta del carnaval, con la saudade de haber estado en una fiesta por varios días, con conversaciones interesantes, con disputas y debates entretenidos que se quedan ahora al cierre, entre aquellos que fueron elegidos y serán elegidos para seguir con los cuentos. Los demás, es decir la ciudadanía, se desenclava de ese proceso de institucionalización, de esa ritualidad profana democrática y camino a casa comienza a sentir que ahora sus elegidos estarán con ella a través de la pantalla de la cajita mágica que por cierto también los cubrirá con su velo y su halo. Delimitación de escenarios para actores y actrices de un guión de 4 años. Lilian Letelier Enero 2.006 Chile
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domingo, enero 01, 2006
Gobernabilidad para este Año Nuevo

Es decir, la gobernabilidad se mide por la capacidad que el o la presidente tendrán de compatibilizar, armonizar los intereses de los grandes empresarios, con los medianos y pequeños empresarios, pero también con los trabajadores en general, que son los más, y que viven de un salario, sean estos trabajadores intelectuales o manuales porque todo ello genera y produce paz social a nivel nacional, y también dividendos internacionales que atrae a los empresarios y capitales extranjeros.
En la paz social no hay conflicto, ni desintegración, ni fragmentación, ni altos índices de anomia, ni caos producto de la sobre ponderación de los intereses de clase de un sector en desmedro de otros que son la mayoría. Y hay que pensar que en la paz social de estos años venideros habrá que encarar la cuestión de la desigualdad distributiva económica de los chilenos y chilenas. Por lo tanto la gobernabilidad tendrá que medirse en relación con cual de los candidatos garantiza y da confianza que hará mejor esta defensa en beneficio no de unos pocos sino de la mayoría.
Por lo mismo, un candidato que construye su liderazgo negando y encubriendo el sector de la sociedad que representa: los grandes empresarios, un líder que busca ocultar precisamente esta condición de clase y los intereses que desde allí se expresan, y a cambio busca posicionarse como independiente políticamente cuando la riqueza (capital) y precisamente la defensa de esos intereses son los que pueden llevarlo a hacer gobierno, no garantiza gobernabilidad porque se entiende que no hay allí veracidad, sinceridad, transparencia para asumir lo que se es por una parte, y por otra, no hay pacto posible con los otros sectores de la sociedad que necesitan no solamente ser protegidos de los intereses que este mismo defiende (el capital), sino ponerse en el lugar de los mismos en la legitima defensa de sus intereses. El líder en este caso desde el Estado no podrá cumplir su función de velar por los intereses y aspiraciones de todos y cada uno de los chilenos y chilenas porque está comprometido precisamente con aquello que es y que oculta ser y que se ha negado a sincerar. Y no hay independencia allí.
Pero hay más significados asociados a la gobernabilidad. Se trata de una gobernabilidad cultural que también tiene una traducción en el ámbito político y social. En verdad constituye un capital de los países y de los ciudadanos que viven en democracia no solamente la tolerancia, sino más que eso, el pluralismo. La tolerancia es todavía un valor cultural avaricioso, pequeño, egoísta de la vida cívica porque simplemente admite la presencia del otro, lo aguanta, pero no lo defiende, ni se ha vuelto compasivo, bondadoso al punto de aspirar y desear también el beneficio de ese otro en su propia aspiración, en su propio logro, en la expresión de su diferencia. El pluralismo en cambio es un valor de la vida democrática que por cierto los chilenos y chilenas hemos ganado en estos años. Hemos aprendido aceptar que somos diferentes en modos de vida, en costumbres, en expresiones comunicacionales, en ritos y que precisamente esa diferencia es un capital, es mas - valía que observan de Norte a Sur en nuestros rostros y cuerpos cuando vienen a visitarnos los viajeros desde el otro lado de la cordillera.
En efecto, somos diferentes en modos de construir pareja, en modos de construir familia, en edad, en credos: somos católicos, evangélicos, laicos, budistas, cristianos, agnósticos, panteístas, shamanistas, antroposóficos, seculares, etc. Somos diferentes en lo que comemos, en lo que bailamos, en los que nos produce placer y dolor. Nos vemos el tarot o la suerte. Vamos al psicólogo y al médico. Hablando el castellano y el chileno somos diferentes en el lenguaje que usamos para exteriorizar lo que nos sucede, inventamos a cada “rato” chilenismos que mezclan nuestras raíces étnicas para pedir “yapa” en Putu o en Talca. Y lo mejor es que nos hemos vuelto creativos en esto. Por eso, a esta diversidad ya no le tenemos miedo porque hemos aprendido a expresarla en democracia. Ya no necesitamos reprimir nuestras diferencias como antes, no necesitamos retroceder, necesitamos más bien darle más espacio para acogerlas y acunarlas.
Por lo mismo, un líder que va a ser presidente o presidenta de un país produce y genera gobernabilidad cuando se ha puesto en sintonía con estos cambios y trasformaciones de nuestra vida cotidiana. O cuando demuestra capacidad de ponerse en contacto con estas diferencias y es capaz de ampliarse en visión, en conocimiento global (local) para darles sentido y significación nacional generando integración y cohesión. No produciendo rechazo o represión. No produciendo maniqueísmo, satanización o retroceso cultural. Es al revés. Se trata de un líder o una líder que genera, traspasa y da a la ciudadanía: + autogobierno.
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