martes, enero 17, 2006

De los porotos granados a los porotos con mote, con rienda, con arroz, con mazamorra, y demasíes

A estas alturas, cuando comienzan las conversaciones para despostar el animal, y por cierto, comienzan las afiladas de hacha, las pasadas de cuenta para la selección del menú: porotos con chicharrón, porotos con rienda, porotos con mazamorra, porotos con mote, porotos con arroz y zapallo, como alternativas a los porotos granados propuestos por la candidata vencedora, pero porotos al fin y al cabo, es necesario detenerse para recuperar la dimensión, la sensibilidad y el proceso de distanciamiento que se comienza a tejer entre la ciudadanía y aquel que fue electo o electa sea como Diputado, Senador, o Presidenta de la República como es el caso. En efecto, así como para algunos comienza la ascensión: imagocrática, simbólica, mediática, el ritual, el protocolo, para otros y otras viene el descenso, la vuelta a la cotidianidad de la casa, del barrio, de la vecindad después de la fiesta en la plaza, después del proceso de identificación, después del chorreo de exposición de mensajes. De vuelta a la realidad lenta y más sencilla. Es como la vuelta del carnaval, con la saudade de haber estado en una fiesta por varios días, con conversaciones interesantes, con disputas y debates entretenidos que se quedan ahora al cierre, entre aquellos que fueron elegidos y serán elegidos para seguir con los cuentos. Los demás, es decir la ciudadanía, se desenclava de ese proceso de institucionalización, de esa ritualidad profana democrática y camino a casa comienza a sentir que ahora sus elegidos estarán con ella a través de la pantalla de la cajita mágica que por cierto también los cubrirá con su velo y su halo. Delimitación de escenarios para actores y actrices de un guión de 4 años.
Atrás quedaran las sonrisas, las amabilidades, la comunión, los encuentros, la sociabilidad. Ahora de vuelta a casa, después del voto que nos unifica a todos y todas en experiencia social, después de la victoria o la derrota, el sendero se hace pacífico, llano, solitario y reflexivo. Michelle Bachelet es y será la primera mujer presidenta de Chile electa con el 53.5% de los sufragios, con una distancia y una diferencia de 7% en relación con su contendor S. Piñera. En efecto, ganó con el apoyo electoral del Juntos Podemos especialmente del Partido Comunista, y a nivel nacional con el aproximadamente 2% del apoyo electoral de Joaquín Lavín aunque en algunas regiones, localidades y comunas puede estar en torno al 3%.
En la séptima región del Maule y solo como un canapé inicial a la pasada de cuenta o a la afilada de hacha para el desposte del animal es conveniente señalar que: la Doctora Michelle Bachelet obtuvo un 53.5% de los votos siendo que la vez pasada obtuvo un 46.69% lo que indica precisamente que esa diferencia de votos está por una parte en la votación del Juntos Podemos (5%) más un 2% del electorado de J. Lavín. Y entonces para que comiencen a pensar como van a pagar la cuenta los encargados territoriales y de gobierno de la presidenta electa, así como los parlamentarios electos, los datos indican que esa diferencia del 2% que se le sacó a la Alianza más el aporte del Junto Podemos provienen principalmente del electorado de la ciudad de Talca y del distrito 38, es decir, de Curepto, pero principalmente de San Clemente y Constitución aunque en Empedrado junto con algunos lugares de Curico como Teno (distrito 36) y ciudades como Linares (Distrito 39 Electo Diputado PPD), Longaví, Parral, Retiro, Cauquenes, Pelluhue, Chanco en su mayoría todas del Maule Sur (Distrito 40 Electo Diputado PPD) Sebastián Piñera haya ganado. La cuenta como podemos observar entonces es doble para Maule Sur: primero ha sido subsidiada en votos ganadores por Maule Norte (Distrito 36, Distrito 37 y 38) pero preferentemente por Talca equivalentes a los distritos 37 (Diputado PS) y nosotros, distrito 38 (Diputado DC) con el 58% aproximado de los votos.
A esto se agrega la situación de Curico, (55,6%) es decir el distrito 36, que aunque la presidenta electa obtuvo más del 50% de los votos, en muchas comunas de ese distrito la suma de la votación de los candidatos a diputados en la primera vuelta no fue traspasada a la presidencial, además de perder en una. En la primera vuelta por cierto se entendió, se explicó y se justificó, sin embargo en la segunda vuelta no es explicable y no tiene justificación desde el punto de vista del despliegue territorial y dado que en algunos casos la votación alcanza justamente la proporción de lo que puede sumársele por el apoyo del Juntos Podemos. En efecto, esto ocurre con el % de votos obtenido por Roberto León (DC) sobretodo en comunas como Teno donde claramente perdió M. Bachelet, Romeral, Licanten, Vichuquen donde la diferencia va desde un 8 a un 11%, y en menor medida Hualañe y Rauco donde la diferencia es en torno a 3%. En otras palabras, su electorado no fue traspasable a M. Bachelet por lo tanto no puede en sentido estricto pasar cuenta larga.
¿Para que reflexionar y hacer por cierto este cálculo y ejercicio matemático electoral? Es simple como dar un paso a la hora de la distribución del plato de porotos de vuelta a casa. Una dueña de casa piensa: los votos obtenidos en la elección son como los porotos se suman y se restan, se ponen sobre la mesa, se cuentan y buscan distribuirse en los diferentes platos. ¿Cuántos hay?, ¿Cuánto se trabajó? Y ¿para cuantos alcanza? Como no alcanza para todos y todas se distribuyen en función de cuanto sumaron para la Presidenta en apoyo “real y concreto”. Se decide entonces la cantidad o porción de porotos y la compañía: granados, mote, mazamorra, rienda, etc., a repartir por cada tendencia o expresión política.

Lilian Letelier Enero 2.006 Chile

1 comentario:

Diego Arenas C. dijo...

Me pregunto si hay gente dispuesta a ayudar sin recibir nada a cambio, y hasta donde hacerse parte de una causa.

Si aquellos que fueron parte de este trabajo pueden renunciar a sus porotos porque en realidad comen en otro lado; y si pueden tolerar que raspen la olla cuando los que en realidad trabajaron no han comido y siguen trabajando.

Es cierto que al trabajar, se merece una recompensa por la labor cumplida, pero es de esperar que la recomensa no sea el motor sino un agregado, y la causa sean los ideales por los cuales uno puede decir que vive la vida.

Saludos.