domingo, abril 01, 2007

Dejar que el tiempo pase...

Solo el tiempo político de mandato del actual gobierno dirá si la vuelta a la política de la búsqueda de los consensos, de las verdades a medias, de la práctica tapada y oculta a la ciudadanía, del retorno al manejo de los intereses y negocios de las familias partidarias y su élite mandarina tendrán un sentido recomposición de la concertación. y por cierto electoral. O no lo tendrán.
Solo el tiempo dirá si los cambios más notorios de Ministros fueron un retroceso o un avance. Y por sobretodo, después que la polvareda baje y deje ver el camino, se sabrá si la derecha mandatada por sufragio, y la empresarial económica transversal y liberal es además de conservadora, machista, misógina y homosexual de closet o a estas alturas ya es capaz de cambiar.
Off the record: “Nada contra la homosexualidad asumida, todo en contra cuando su ejercicio en la etapa adulta de la democracia se oculta tras el ropaje de los "buenos modales y costumbres". Por eso, todo está por verse en este recorrido travestido porque finalmente el tiempo será un sabio mensajero para testear el atrevimiento, el desafío, lo mutante de la cultura política ciudadana de la era Bachelet.
En este contexto, cabe reconocer una sensata veracidad en los dichos y pareceres de Solís en relación con las razones que explicaron el cambio de gabinete, y si es un costo a pagar o no para la coalición de partidos. Se entiende entonces que la llegada de la DC a la cartera de Transporte (y Telecomunicaciones) es además una negociación de intereses económicos, financieros más que especulativos y reflexivos. Se trata de definir la relación gobierno con Sonda, más inversión y sociedad mexicana en un horizonte donde la DC como partido cortará la parte del animal con carta blanca. ¿Un riesgo, una aventura?
En verdad, la participación mexicana está referida a la tecnología de software para el diseño de la retroalimentación en los troncales. Implica el uso de tarjeta masterizada de parte de la emergente ciudadanía metropolitana. Y por cierto, comentario aparte, se trata de que la administración del business esté en las cuatro manos de dos economistas al que los une haber sido formados en la misma escuela americana de Harvard (USA). En clave, entiéndase que además comparten una cierta distancia social y desafección por la ciudadanía. Eso que otrora se llamó “la gente” y más antiguamente “pueblo”. Y su diferencia radica en que al menos uno tiene apoyo de partido político y el otro no.
En el mismo sentido pero desde otra arista donde al parecer se juega con más fuerza la tesis asertiva de Solís (Ex ministro de Justicia) en relación con la explicación de su salida y la de Veloso, el paso del tiempo permitirá comprobar las conjeturas sobre la eficacia de reiterar una instrumentalización impropia de capitales sociales, económicos y simbólicos transversales, representada en la entrada de Viera Gallo, Cortazar y el Ministro de Defensa ex embajador en Suecia Goñi.
Solo el tiempo dirá si sacrificar a Veloso y a Espejo valió la pena. En el caso de Veloso desde el punto de vista de género, de equidad, de inteligencia y por cierto de transformación y apuesta a un cambio cultural no solamente al gabinete político en pro de un encuadre más pro Bachelet sino a la historia de Chile.
En verdad, ella portaba y derrochaba una cierta cualidad de ejercicio de liderazgo que en este mundo aún suele ser patrimonio de circulación de los hombres. A saber, conocimientos, estatura política, entereza, coraje, asertividad para enfrentar los conflictos, y eficacia en el sentido de no perder el tiempo en andar rascándole la cabeza, haciéndole cariños, mimos, o sobándole el lomo a la derecha para avanzar en reformas de previsión, binominal y otras. Sacaba y detectaba donde estaba la paja rápido porque quería trigo.Por eso… el tiempo dirá si el cambio y el sacrificio valieron la pena. O si fueron un retroceso porque la cultura de la élite no estaba preparada. Si fue o no déficit de coaching ontológico.

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