miércoles, julio 16, 2008

Del Jarrón de Agua: más que un bochorno, Música en mis Oídos...


La historia de los jarrones en la política chilena comenzó con Lagos. Ahora le tocó un jarrón de agua a la ministra de Educación. Antes fue por los jarrones robados y ahora es por el agua lanzada de los jarrones. Divertido. Cómico. Un chiste porque ahora la conversación gira sobre si se trata de una falta de respeto, si fue una acción performática de cara a un gobierno que se define y cualifica como demócrata pero que al parecer no escucha a la ciudadanía. Es decir, más allá ¿si es legítima como arma de lucha “lanzar agua” contra una autoridad?
Buena pregunta en todo caso, y vale para el “guanaco” que además tira chorrones de agua sucia y con restos de quién sabe qué a la autoridad ciudadana.
Sin embargo lo peor de la escena es precisamente lo que viene después. Las declaraciones de apoyo entre la burguesía oligárquica que gobierna, como si el chorreo de apoyo simbólico y mediático prestará algún servicio público y bajara la conflictividad social que representa la acción en sí, los actores, en el continuum que vive el país y el gobierno por estos días. Y por cierto pocos reparan y se detienen a pensar en el signo del hecho: “agua en la cara de la representante oficial del gobierno en materia educacional lanzada por una joven que se llama Música”. ¿Qué tal?
Y por cierto ahora solo ya en el horizonte semántico de un paralaje ético cabe preguntarse aquello que es de Perogrullo: ¿Cuándo nos lavamos la cara los humanos y humanas?, ¿Cuándo necesitamos lavarnos la cara?, ¿Por qué nos lavamos la cara? y ¿Cuándo invitamos a alguien a lavarse la cara?, ¿Cuándo los adultos envían a los jóvenes a lavarse la cara?, y ¿Cuándo sin mediar autorización, simplemente les lanzamos agua en la cara?
Sin ir más lejos en los liceos, en las escuelas hay periodos del año escolar en que llueven las bombitas de agua en los recreos, y ¿cómo se nota que los mandarines no tienen idea o se les ha enfriado la memoria de cuando lo hacían?
Es necesario decir entonces o reiterar que se usa el agua para limpiar cualquier parte del cuerpo cuando hay suciedad, cuando no hay transparencia, cuando no hay claridad. Y se usa el agua para jugar precisamente a “despertar” a alguien que está dormido o no quiere “caer en la real”.
Y aquí se hace necesario entonces detenernos y reiterar la pregunta sobre el lugar y posición que ocupa la cara en términos de la humanidad adquirida. En el orden de la cultura, es necesario entonces tal vez preguntarse ¿Qué significado pueda tener para la gobernabilidad actual de Chile el que una joven adolescente llamada Música lance agua sobre el rostro de la Educación estatal en el marco de la revolución pingüina que curiosamente vive cerca del agua y más encima helada; y en el marco de la instalación de ley L.G.E.?
Una mujer joven adolescente, limpia, despejada en su rostro le lanza agua a otra mujer adulta que también se muestra limpia en su rostro. ¿Qué pasó allí en términos de contenidos de conciencia que apuraron el traspaso de agua de un rostro a otro?
Y los medios de comunicación, sobretodo la televisión muestren y reiteran en la imagen el rostro de Música, la joven de 14 años que irrumpió lavando un rostro. Y el dato significante que al parecer cuesta escuchar desde la sordera adulta es que además la joven se llama precisamente Música. Es decir, lo que en clave comunicacional se llamaría ruido, aquí se llama MUSICA. Música en los oídos.
¿Hay violencia allí, en Música? ¿De qué ruido se trata Música? ¿Puede un ser humano con cinco dedos de sentido común decir que allí, en Música hubo alevosía, mala intención, premeditación?

Jarrones más/menos, ya a partir de la semana pasada se instaló una conversación sobre el futuro político presidencial a partir de la encuesta del CEP y a partir de la entrevista que José Miguel Insulza diera al programa Tolerancia Cero de Chile Visión. Lo dejaron hablar principalmente para marcar el tono de lo que será la próxima contienda electoral en materia de marketing político, en el sentido de las ofertas eslogan, en materia de diseño y estrategia cultural y de política dura.

Entre esos dimes y diretes lo interesante está en lo que se instala como clima: la cuestión de las políticas públicas como medidas gubernamentales que no consiguen revertir la desigualdad, la inequidad social y que es ejecutoriada por incompetentes. Y que por cierto, esta vez, tiene a una joven como símbolo del ojo del volcán, ya que aquí no tenemos huracán por ahora.

1 comentario:

Unknown dijo...

So good......