martes, noviembre 01, 2005

A la Caza de los Votos Indecisos: Lilian Letelier


Hace algunos años atrás el fallecido intelectual francés Pierre Bourdieu señaló que la opinión pública no existía entre otras razones porque las encuestas y el diseño de investigación de las mismas no buscaban comprender los significados asociados a las respuestas de los “no sabe o no responde”, “ni a los nulos o en blanco” en términos de tendencia. Todo ello en orden a definir un comportamiento electoral a seguir de parte de quienes las emiten porque precisamente dichas encuestas tampoco eran construidas buscando comprender a las personas que estaban por detrás de las respuestas, que en términos generales, se calcula son un 20% del electorado.
En efecto, las encuestas por tener un diseño cerrado en términos de preguntas y respuestas buscan definir la generalidad del comportamiento electoral, es decir, lo que pretende hacer el 70% de la población que está integrada al juego democrático porque se subentiende que es precisamente este 70% mas - menos el que define el juego, valga la redundancia. El 20 - 30% restante no alcanza a hacerle el peso a la mayoría.
Sin adentrarnos más en los argumentos de Bourdieu que apelan por cierto a las debilidades de las democracias occidentales, lo que viene al caso es que por estos días principalmente los candidatos de la derecha y también la candidata presidencial de la Concertación Dra. Michelle Bachelet, aspiran precisamente a definir su posicionamiento para ese 20% - 30% que históricamente va a definir si el juego se acaba en la primera vuelta o si existirá segunda.
En este contexto entonces es que los expertos electorales de los y la candidata están abocados a comprender que tienen en mente. Y sin darle mayores vueltas al asunto, este sector ya tiene en su fuero interno decidido cual será su comportamiento frente a la urna aunque por cierto este no es homogéneo, es decir no todos se comportarán del mismo modo:
a.- Una porción jugará a ganador o ganadora. Esta parcela de votos no quiere perder y espera hasta el último día conocer las tendencias mayoritarias para emitir su opción. Por lo tanto, seguirán la tendencia mayoritaria de la derecha o de la concertación el día de la elección.
b.- Otra porción de estos electores puede ya tener definido su voto que por cierto puede ser distinto al de su familia y cercanos. En este contexto entonces para evitar discusiones, peleas políticas divisorias han decidido no explicitar su opción. Esto ocurre generalmente en espacios familiares menos democráticos y mas cercanos a la derecha. Por lo tanto pueden ir a M. Bachelet o a T. Hirsch.
c.- Otra porción no está entusiasmada ni se auto percibe como comprometida con ninguno de los candidatos y aunque saben que tienen que escoger, a estas alturas ya tienen un juicio formado acerca de quien les acomoda más, sin embargo esperaran hasta el último día para ver si el candidato o la candidata elegido se pega algún chascarro irrecuperable. Este electorado es el propiamente tal indeciso y vota informado. Solamente que sigue la campaña electoral hasta el último día. Esta opción votará a la Dra. Bachelet porque le quieren dar una oportunidad a la mujer chilena, solamente que están observando su desempeño hasta el último día para tener certeza.
d.- Están también los electores desinformados cercanos al mundo rural. Estos esperan que algún cacique local el día de la votación les diga por quién y como votar. Todo ello conforme al “deus dara” y cuanto pese la mano izquierda o la derecha.
e.- A otra porción no le interesan las elecciones porque no les interesa la democracia. Asumen el discurso autoritario y definen a la política y a los políticos todos como corruptos. Señalan que al final de cuentas las elecciones no van a cambiarles la vida a ellos personal e individualmente. Indican que gane quien gane al otro día igual van a tener que seguir trabajando y ganándose los porotos. Este electorado es de la derecha “pinochetista” y como perciben que en “este juego” están perdiendo hace ya un tiempo no se atreven a asumirlo públicamente de manera asertiva, entonces tiran su opción de manera camuflada para ver si alguien engancha, y después de lanzar la perorata, consiguen pasar el dato de por quién ellos creen que puede dar resultado. Esta porción el día de la elección votara secretamente por la derecha.
f.- También está la porción de electores que esperan ser convertidos al juego democrático según las reglas y el contexto chileno. Son los menos y son los desencantados de izquierda. Estos podrían votar por el candidato del Juntos Podemos o por la Dra. Bachelet solamente que dependiendo de la edad. Para que ello ocurriese tendría que hacerse una cirugía mayor a las neuronas porque son por excelencia parte de la cultura de los quejones, de los resentidos, de los que no tienen vuelta para los que realizan los diseños de publicidad. Estos son los border line que van a dar el día de la elección a los nulos.
g.- Y finalmente están los que no les interesa la política ni en serio ni en broma. Algunos asumieron al pie de la letra esto de no entrar al mundo del César porque la religión así se los indica. Otros son abstemios. Es decir, no votaran y si lo hacen será en blanco o nulo.
Así definido el escenario de los indecisos en este último mes de campaña electoral hay que focalizar para escoger donde vale la pena entrar a conversar y donde simplemente hay que dejar pasar.

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