miércoles, septiembre 26, 2007

La Vida de los Otros


El film de Florian Henckel Von Donnersmarck no en vano está en las conversaciones de la élite política y tal vez de una cierta ciudadanía responsable de su condición. En efecto, aunque los detalles no parecen importantes, sostienen por una parte la pesadez de la historia y la forma de narración que permite aparecer el sentido del humor, el sarcasmo, el desencuadre de lo absurdo, de lo ridículo del pensamiento único, así como la práctica asociada a su decadencia en lo cotidiano, donde se juega el mundo de la vida. Y en eso los europeos, I. Bergman inicialmente, y específicamente los alemanes en este caso, siguen siendo magistrales.
Estamos hablando de una película que expone el monismo ético de los Socialismos Reales, (Alemania Oriental) pero también existentes en todos los pensamientos únicos de corte autoritario nazista, fascista, dictatoriales. Lo interesante por lo tanto del film en términos de cuestionamiento a la cultura política y de aporte a la misma es lo que pone en discusión como proyección actualizada de esta forma de gobierno en la RDA de Erich Honecker. Es decir, el control, la vigilancia, el sistema de seguridad, el policiamiento, los aparatos de fiscalización de la información relativa a la vida de los ciudadanos en su intimidad para la defensa del modelo político y de gobierno. La teoría, la ciencia, la sofisticada forma educacional al servicio del control de las conciencias y la producción del pensamiento y del conocimiento. En concreto, interesa la actualización, en democracia, de esa forma “antigua - moderna” de control e instalación sofisticada de tecnología para y en la vida de las personas. La “gente” toda.
Hoy por hoy estamos hablando de los dispositivos institucionales que vía sondeos de opinión, encuestas, buscan registrar, parametrizar las actitudes, las tendencias, los sentimientos de empatía de la ciudadanía aún en estado de subjetividad. Anteayer para mantener la dominación, la distribución desigual, el poder de cualquiera sea la elite. Hoy día para mantener una “lealtad” construida en el límite del monismo a-crítico, a-racional en el sentido de la preeminencia de lo devocional y del fideísmo ciego. En este contexto y a la salida de haber visto el film, una se pregunta si la ANI o la Oficina, los partidos políticos, sus mandatarios a partir de 1.990, si muchos de quienes nos gobiernan no se dedican a hacer lo mismo que la Stasi alemana pero con otros formatos “más democráticos”, y por lo mismo más improvisados desde el punto de vista del control de los discursos y las conversaciones, más “secretas” como las grabaciones de los celulares para contabilizar los minutos y las hablas, los monitoreos de cámaras en las calles, en los grandes supermercados, dentro de las casas, en las mansiones para proveer una cierta “seguridad” cada vez más escasa, una protección desde el Estado que cada vez se hace menos comprensible en su intervención en estas materias de políticas públicas. Y en fin, el sujeto resiste, y el ciudadano pasa como ignorante o como desconocedor aunque pagando sus impuestos contribuye a este ordenamiento social. Resiste desde el lenguaje, en el lenguaje, generando precisamente “el coa” para no ser “normado”.
Por cierto, el film sugiere un procesamiento de principios y un proceso de subjetivación que puede tener a Marx como telón de fondo para buscar excusas en relación al socialismo, a la utopía, a la defensa de la misma pero no es el caso. Ya no puede ser el caso. Y esto es lo que parece risible. Parafraseando al film, los hombres buenos no siempre triunfan. Es decir, triunfan en su metro cuadrado, triunfan en su opción de consistencia y coherencia, pero en la estructuración del poder desde esa Visión de la Politica (por eso la mayúscula) siguen ganando los malos. Y en eso, no basta con reírnos del informe que asegura que Lenin está exhausto o fatigado. Aunque nos reímos porque entendemos el paralaje intelectual desde donde surge el humor enfrente de la librería que por cierto nos vuelve a recordar a Marx y la cultura para el proletario. (JAJAJA)
En verdad, lo que hay en el film por tanto es el punto de partida de una conversación sobre la participación y el pluralismo ético más allá de las protecciones y blindajes que las mentes monistas continúan colocando en la defensa del vasallaje en sus feudos “electorales” comunales, regionales, nacionales. Más allá de la fe y la devoción porque así no se puede continuar gobernando. Por lo mismo, lo que hace interesante de verlo en Chile, es precisamente poder empezar a sacar la mugre de debajo de la alfombra para ver si en verdad queremos o no queremos ser una ciudadanía activa y ¿Cómo serlo? más allá de los controles políticos del Estado – Gobierno que en su esquizofrenia no puede dar soluciones.

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