sábado, abril 22, 2006

La UTAL tiene nuevo Rector Lilian Letelier

Se realizaron las elecciones para escoger al nuevo rector de la Universidad de Talca que por cierto guiará a dicha comunidad universitaria durante 4 años. Fue electo como era de esperarse Juan Antonio Rock, un ingeniero comercial recién doctorado, nativo de la región. De los 152 profesores que votaron y que conforman el selecto grupo de notables que tienen derecho a voto instituido de este modo según el reglamento de la ley LOSE que da origen a las universidades del Consejo de Rectores y a las universidades privadas durante el régimen de Augusto Pinochet a partir de 1980, y por lo mismo provenientes de ese periodo en su mayoría, 80 fueron los sufragios que le dieron la victoria en primera vuelta con un 53.6%, su contendor mas cercano Juan Pablo Prieto obtuvo 50 preferencia con el 33.5% y Roberto Pizarro 19 preferencias haciendo un total de 12.7% dada la existencia de 3 votos en blanco.
Por otra parte, y en una votación paralela y simbólica dirigida por la Federación de Alumnos FEDEUT, los resultados que se dieron mostró la otra cara, la de los excluidos. De los 364 votos de alumnos y administrativos (alrededor de 73) que se interesaron por dar su opinión, las preferencias se distribuyeron según sigue: 43.13% para Juan Pablo Prieto, 38.46% para Roberto Pizarro y 18.41% para Juan Antonio Rock.
En efecto, aunque después de las elecciones los ánimos de unidad y simulación de ausencia de diferencias en lo que respecta al proyecto institucional han sido el tono con que se han definido tanto los perdedores como los ganadores, lo cierto es que políticamente y en términos de gobernabilidad claramente los alumnos y administrativos percibieron las diferencias durante la campaña lo que se puede observar en los resultados de sus preferencias, y más aún, si se analizan bien los resultados entre los propios profesores votantes, también se perciben diferencias marcadas lo que hace bastante difícil homologar liderazgos, y pensar en equipos de gestión potentes que tengan un solo norte, si de lo que se está hablando es del Desarrollo de una Universidad Regional post administración de A. Rojas, y claramente por la profundización de valores democráticos que consideren mayores niveles de participación de los diferentes estamentos que componen una universidad, incluidos los profesores part time.
En verdad si se suma la votación de los dos candidatos perdedores Juan Pablo Prieto y Roberto Pizarro hacen 69 votos, es decir un 46.2% de cara al 53.6% del ganador. Una lectura política simple indica que la diferencia de un 7%, alrededor de 10 votos de parte del ganador no es una diferencia radical ni muchos menos sustantiva que justifique la manutención del statu quo, en el entendido que ambos perdedores representaban claramente un cambio mas o menos radical dependiendo del candidato, y un descentramiento o giro de la conducción y el carisma que le había impreso el ex rector a la UTAL. Esto es como decir que el 53.6% de los votos no constituye comunidad universitaria en la manutención de la línea diseñada. Es decir, dio para ganar, pero no necesariamente para administrar más de lo mismo durante 4 años.
Aún más, dado que esta es la primera elección con competencia de listas que llega con tres candidatos hasta el final, claramente se constituye en una advertencia políticamente hablando, o si se prefiere en una señal o síntoma de decadencia que debería llamar a la acción en materia de gestión, gobernabilidad, planificación y desarrollo si a lo analizado con anterioridad, se le suma ni más ni menos que el último lugar de las preferencias que obtiene el ganador, en la votación simbólica realizada por la FEDEUT, donde por cierto participa un estamento como el administrativo que junto a alumnos claramente manifiestan un rechazo a las ofertas que planteara durante su campaña por no considerarlas suficientes, ni dignas en lo que a ellos les interesa. Es decir, quién resulta ser un ganador escaso en votos ya desde una democracia aristocratizante, y claramente un perdedor desde una democracia donde participan sectores excluidos, se espera que al menos en su gobierno no solamente tome nota de estos significantes, sino que trabaje con ellos por el bien de la región del Maule, de la comunidad universitaria en el sentido de su cohesión, pertenencia e integración social.


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