domingo, octubre 08, 2006

Los 18 años de la Concertación

Esta semana estuvo bien “terremoteada” en términos emocionales. La memoria de septiembre claro, celos que se respiran, separaciones, duelos, revival del corazón, más el trabajo, y las prácticas de meditación con noticias. Buenas noticias. También sufrimiento por apegos. Viejos y nuevos apegos donde no se han desarrollado simpatías, empatías, lo cual quiere decir que hay trabajo interior que hacer. Y por cierto hay bienestar por hermosos re - encuentros.
El inicio de la primavera tiene ese despertar a los olores, a los sentidos, al sol, a la luz. Tiene esa fragilidad lenta y misteriosa de comenzar a observar y a vivir con las plantas que brotan, las lluvias, los vientos y las nubes que se van, y no se van, dejando en el ánimo y en algunas zonas del cuerpo esas marcas del acostumbramiento y de la sobre vivencia como una especie de sobre vida que adviene momento a momento. Por eso, la transición del invierno a la primavera tiene la inestabilidad y la impermanencia a flor de piel.

¿Por donde empezar o por donde continuar entonces? Bueno, cuando lean esta opinión estaremos ad portas de un paro nacional de los profesores principalmente municipalizados. Y tal como lo dijo el ex ministro hace semanas atrás, en el sentido que lo daba por firmado que las movilizaciones estudiantiles volverían, aunque exista un llamado en relación a que el objetivo de los alumnos es precisamente estudiar, si la sub-secretaria no se esmera en entregar cifras y decisiones, que incluso vayan en orden a derogar la LOCE con una ley marco en el Congreso, el asunto a nivel de conflictividad social tiene gas para aguantar por lo menos una semana.

Y eso es complicado para los cuartos medios en términos de recuperación de clases, en términos de tratamiento de los problemas sociales de parte de las autoridades de la cartera específica. Y por cierto, un desgaste para el gobierno en general innecesario en materia de cifras y en materia de propuestas al país. En ambos casos deberían dejar presentados proyectos y decidir sobre situaciones de emergencia de algunas localidades y comunas del país en las cuales la situación es insostenible en términos de administración, gerencia y planificación de la educación municipalizada para el próximo año como es el caso sin ir más lejos de Constitución, con un alcalde sub-rogante que no se sabe si continua el próximo año, (Urrutia debería dejar formalmente el cargo y debería darse una nueva elección para ver quien termina el periodo), es decir, estamos hablando de inestabilidad política que ya no planificó durante el 2.006 los recursos regionales, con una deuda de arrastre enorme con altos costos para la planta sobre dotada del servicio educacional. Por cierto, no se puede esperar a diciembre: es un atado que requiere cirugía regional y nacional.

¿Por donde continuar? Por el proceso de diferenciación cultural y política que se está dando al interior de la Concertación precisamente al momento de celebrar los 18 años del NO. Proceso que dicho sea de paso se inicio ya desde la candidatura y el triunfo de la actual presidenta Michelle Bachelet y que tiene un poco exasperada a un cierto sector de la democracia cristiana. En efecto, la píldora del día después, la votación en el Consejo de Seguridad asociado al alineamiento en torno a Venezuela o en contra de Venezuela, la discusión del presupuesto para el 2.007, el camino del Sur por Pumalín sobre la historia del ex puente Chacao, y cuestiones relativas a la política diplomática en torno a los países frontera y del Cono Sur, han venido tensionando y posibilitando que precisamente se levanten posiciones, aclaraciones, y se fijen limites interesantes por sus efectos transversales, de formas, de estilo, de procedimiento, de modos de hacer política.

Es decir, pareciera ser que el tejido social de la conversación tal como la primavera está experimentando y ensayando expresiones de discernimiento y deliberación que antes se silenciaban por su carácter de provocación y de criticidad al interior de las propias familias o linajes políticos del matrimonio. Y esto tiene efectos en muchos, incluida la clase política, que esta atreviéndose a hablar haciendo resaltar aspectos que por mucho tiempo quedaban en la sombra. En verdad, al interior de la Concertación, estamos atreviéndonos a decir que no nos gusta y que nos gusta del otro u otra. Incluso aún bajo pena de solventar los quiebres, pareciera ser que se ha perdido el miedo o el temor a manifestarse en contrario con formas y estilos que durante el momento de la transición sujetaban nuestra boca, nuestro sentido común, incluso nuestra carcajada y sentido del humor.

Hay algunos no pocos, que asocian esta forma de expresión a una memoria traumática e incluso al hecho que la presidenta sea mujer. En verdad, cuando se trata de palabras asociadas al quiebre institucional de 1973 puede parecer que es un problema de cierre de la memoria, de procesos de la subjetividad, sin embargo, si hay algo que hace sentido al gobierno ciudadano de la actual mandataria es precisamente la apertura contenedora para dejar que la ciudadanía observe, exteriorice y modifique esas estructuras demasiado burguesas todavía para ser democráticas.

Por lo mismo bienvenido los 18 años de plena adolescencia ilustrada de la concertación, y ojala que el proceso de autonomía y diferenciación de los padres llegue a buen término.

1 comentario:

Unknown dijo...

hola!
profesora este es mi blog!
sè se puede comentar pero por lo que veo solo hay que estar conectado como "usuario" de blogger.
saludos!!!!