lunes, enero 22, 2007

Del Rayado de Cancha a la Pifiada del Paño en Pelea Trasnochada de Perros Viejos


A estas alturas de las declaraciones que van y vienen de los notables mandarines de nuestra rancia oligarquía de gobierno y de oposición, desde que emergieran los casos de: Chile deporte, las venta y compra de las acciones de LAN, así como los problemas con los programas de empleo, y las consecuentes selecciones para ocupar los cargos de los mandos medios y superiores en el servicio público, lo que va quedando claro es que no hay intenciones de mejorar, de cambiar, de profundizar sobre las redes de corruptela para redefinir funciones, y no solamente transparentar lo que pudiera haber ocurrido históricamente.
En efecto, ahora para deleite de quienes gustan de la farándula veraniega, la elite política chilena brinda: variados comentarios, chismes, enredos, sobre como construyen y regeneran su plutocracia, asociada por cierto a la oligarquía política de esta democracia. Es cierto, no estamos hablando de cuentas en el Riggs, ni violaciones a los derechos humanos, pero si estamos hablando de asociaciones “brujas” para evadir impuestos con facturas o boletas, de porcentaje de dineros de empresarios que ingresan a campañas electorales, de lobby o ejercicio de influencias para la votación de leyes (la de los casinos), de uso indebido de información confidencial en los negocios, y todo junto mientras la selección de personas para ocupar cargos públicos de rango medio como jefaturas de servicio o asesorías y las de alto rango, para variar un poco, se siguen saltando los concursos públicos, y se siguen haciendo por cuoteo clientelístico y partidario con la venia del caudillo regional de turno en contubernio con el ministro de la cartera que corresponda.
Así las cosas, mientras los cahuines de quien sale y quien entra en el festival de idas y venidas a los tribunales se torna en paseo público, los asuntos de interés de gobierno y de estado siguen sin arreglarse, sin horizonte, y a nivel local, comunal, regional, hasta internacional ahora con el TPI, sin solución. A estas alturas por cierto, ante la ciudadanía va quedando meridianamente claro que se trata de una pelea de perros viejos que se van dando sin tregua por cierto, de blindajes para la manutención de los privilegios y capitales sociales adquiridos, donde las intenciones ciertas y efectivas de trabajar por el país en beneficio de mejorar la calidad de nuestra democracia no se ve por ninguna parte.
Con todo ello lo que se pretende es aumentar el desafecto por la participación política, aumentar el desprestigio por el servicio público político en todos sus niveles, precisamente para mantener a la ciudadanía alejada del producto, de la intervención, ya que de por sí se genera la idea que el estado de cosas no puede transformarse porque todos son harina del mismo saco. Este cansancio lleva al camino del abandono, del desgano, y de la observación de los actores, sin compromiso social. Otro modo decir, que se vive un proceso de decadencia o descomposición donde puede correr sangre al río.
La base social incluida la militancia de los partidos políticos sean de la concertación o de la alianza comienzan a agotarse de la ausencia de sentido, y, perciben en la derecha política una manifiesta intención de detener los avances que pudiera realizar el gobierno en materia de ley. Por otra parte, al interior de la Concertación, se observan problemas al interior de la DC que por cierto redundan en problemas de gobernabilidad. Su división interna afecta a los acuerdos y a las posibilidades de enmendar rumbo en materia de zanjar proyectos de ley como los de probidad donde se requiere mayoría simple en el Senado. Todo ello, en un marco donde haciendo los cambios y ajustes de intendentes y de gobernaciones, no se atisba la relación de los mismos, con lo que debiera ser a estas alturas el encuadre o marco general de una propuesta para enfrentar el año previo a las elecciones municipales.
En verdad, no se percibe un diseño estratégico proveniente de la elite política y del gobierno para el ejercicio de un recambio electoral y de inclusión de nuevos electores con vías precisamente a reformar los errores de corrupción detectados para enmendar rumbos ya desde el poder comunal y local. Más bien lo que se observa es la manutención y el uso de las mismas redes de cúpulas, los mismos juegos espurios en la nominación de cargos que redundan en simulacros de ternas donde ya está previamente todo cocinado. Y la Presidenta de la República se va de vacaciones sin entrar a la cocina, sin preguntar que se cocina y quienes son los cocineros nacionales que determinan el menú de las regiones, y de las comunas. Así las cosas, chutamos la pelota para marzo a ver si en una de esas se ordena el naipe y empezamos a cumplir las promesas pendientes: descentralización y regionalización por ejemplo. A ver si en una de esas de entre medio de la descomposición o decadencia, emerge uno o varios sentidos de comunidad y país.

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